Contaba Mario Fernández que Lutgarda Fernández perteneció a la dotación Aurelia de Ranchuelo y que Don Sotero Escarza, dueño del Central Portugalete (hoy Elpidio Gómez) la adquirió como ama de llaves. En el mencionado ingenio se unió a Antonio Cabrera y a otros esclavos, al poco tiempo Lutgarda era conocida por sus prácticas religiosas.
En 1894 compró un bohío en las afueras de Palmira, en la calle Tránsito, hoy Céspedes, donde formaron un pequeño altar para sus ritos. En unión de su esposo Eustaquio Hernández, en el año 1905, crearon un comité gestor apoyado por distintos veteranos y compraron un solar en la calle Céspedes esquina Colón. Al poco tiempo recibieron ayuda financiera de un comerciante del pueblo y construyeron un local de madera y teja. Se asegura que el primer presidente fue el teniente Manuel Placeres y Lutgarda «la ama».
El 24 de febrero de 1924 dejó de existir Lutgarda y su lugar es ocupado por su hija Felicia Fernández, conocida por Mafea quien gozó de reconocido prestigio como santera en el país. Mafea le dio un gran un gran impulso a la sociedad, con el dinero que obtuvo de un premio de la lotería hizo construir el edificio de mampostería y placa que se conserva actualmente, la imagen de Santa Bárbara fue donada por la familia Escarza. Mafea adquirió otras como San Francisco de Asís, nuestra Sra. de la Caridad del Cobre, etc.
Felicia murió el 19 de mayo de 1948 y quedó al frente de la sociedad su hijo Mario Fernández (babalao), cuando éste falleció en 1981, le sucedió su esposa Caridad Torriente (Caruca). Desafortunadamente no se conserva, ni en la sociedad, el acta de constitución, sólo un documento de 1976 que apunta la fecha del 4 de noviembre de 1905 como el inicio de esta institución. Esta versión de los reglamentos anteriores está firmada como presidente por Agustín Hernández; vicepresidente, Esteban Guzmán y Pedro Pablo Rodríguez y secretario, Pedro Bernal.
Las fiestas más importantes son el 29 de mayo, 4 de octubre, 25 de noviembre y, por supuesto, el 4 de diciembre. Los instrumentos musicales son los tambores de «fundamento», caja, umelé, campana y güiro. Se recuerdan tocadores como: Gervasio Torriente, José Suárez Calderón, y como guías del canto (Akpuon) Maltina Suárez, y la propia Lutgarda, hoy en día sobresale Juan González Hernández.
El 4 de diciembre, día de Santa Bárbabra, acuden personas de los más disímiles lugares, muy religiosos, menos religiosos o simplemente atraídos por la fuerza de la tradición, ésta sigue siendo, a criterio popular, la fiesta más importante de Palmira.
Lo primero que hacen es cumplir con el santo, darle la ofrenda que pide, la matanza es el día 3. A Changó se le sacrifica un carnero, seis gallos, una jicotea, un par de guineos y un par de palomas. El Obba se sitúa alrededor de la matanza y guía el canto, el coro le secunda.
Con las vísceras de los animales sacrificados le preparan la comida a los santos y se les sitúa en jícaras hasta el 5 de diciembre. Al amanecer del 4 saludan al sol con el tambor (Eluami) de 4 a 6 de la mañana en la esquina de la sociedad, antiguamente llevaban la virgen para la Iglesia Católica; la procesión sale a las 4 p.m. Desde 1994 tiene un recorrido más corto , para esta ocasión engalanan a la virgen con traje y capa muy ampulosos. La procesión dejó de salir desde 1963 hasta 1991.
Lic. Consuelo L. Cabrera Fernández
Ciego Montero, 1957. Investigadora
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