Los libros en persona

Las editoriales, en el espacio de la cultura, ocupan sitios de privilegio. No solo es donde la palabra autorizada, aquella que escriben poetas, novelistas, dramaturgos, cuentistas, filósofos, científicos o periodistas, ministros y presidentes, en fin, los autores, encuentra la página impresa y por lo mismo publicación. Es además, donde se hacen libros. Fábricas o talleres, acaban siendo —responsables, en gran medida de lo que se lee o no en una sociedad determinada— pequeñas industrias dentro del engranaje socio político al que pertenecen.

Casa de escritores, si a algún sitio pertenecen quienes escriben en una ciudad, después de las bibliotecas y librerías, es a las editoriales.

Cuánto peso y responsabilidades sobre la institución referida. En Cuba, donde se escribe mucho y por razones ajenas a la literatura —sobresale la despiadada crisis económica que desde hace más de 60 años padecemos, recrudecida a partir de 2020 por la Covid- 19— se publica poco. Ahora que la escasez de papel obliga a asumir el libro (en formato) digital, alternativa o solución desconocida. Este resulta un nuevo campo al que debemos entrar e iremos dominando en la práctica, pagando con errores, nos hemos demorado en la conformación de memorias editoriales, dígase catálogos, historias, recuentos bibliográficos al respecto.

En Mecenas, historia de una editorial, Aida Eumelia Peñaroche Menéndez y Dulce María Castellanos Hernández se ocupan de ello y nos entregan un libro organizado por los siguientes epígrafes o capítulos:

Bosquejo histórico de Ediciones Mecenas: antecedentes, surgimiento y desarrollo hasta el momento actual

Aventuras, venturas y desventuras de una editorial. Ediciones Mecenas narrada por sus protagonistas

Sobre el catálogo de Ediciones Mecenas

Ediciones Mecenas en cifras

Catálogo de Ediciones Mecenas

Catálogo de autores

Catálogo de editores

Catálogo de responsables de diseño, composición, corrección e ilustraciones

En 120 páginas, desde 1991, año en que surge La Colección Sur, de poesía y narrativa a 2013, aparece el nombre de los fundadores y su relato, logos, cifras de libros publicados, las fotos de portadas, autor o autora, género, editor o editora, número de páginas, coleccióne ISBN. Al llegar el 2000, y producirse la denominada Revolución Risograph, parteaguas en la política editorial cubana desde 1959, quedan esclarecidos, con pertinentes explicaciones, sus beneficios, retos, desafíos, los cambios, el antes y después. Los imprescindibles, aquellos que son Mecenas porque la hicieron, aún la hacen o sostienen en el tiempo, aparecen custodiando las páginas.

La historia de una editorial, más que relato, cotejo de cifras o catálogo, esconde el esfuerzo desmedido de quienes, sin rostro o identidad visible, no son autores, y por amor a los libros, a la literatura, y los lectores sobrecumplen jornadas laborales. Ellos se quedan hasta altas horas de la noche imprimiendo, encuadernando, llenando cajas que suben a sus hombros para completar la cantidad precisa de ejemplares con que cumplir el plan. A ellos los encontramos arreglando, sin recursos, la Riso, o cualquier equipo que permita dar los toques finales a la prueba de plana, o al futuro libro digital, superando los difíciles obstáculos que las sucesivas crisis plantean para que el texto llegue puntal a la Feria, y no deje de estar presente en la más céntrica biblioteca como en la más distante librerías.

Sin esas personas no hay historia de editorial posible, se deforma o desvirtúa, le falta algo, el peso decisivo, fundamental, la savia. El libro que obtuvo el Premio de investigación Literaria Florentino Morales, en 2013, y Mecenas publicó este 2024, apunta a que imaginemos esas proezas.

Si las ciudades hablan a través de sus autores y las voces que escriben para ser publicadas, cabe imaginar, metafóricamente, que las editoriales son altoparlantes nacionales, o gargantas públicas que emiten y reproducen, en cadena, la palaba de esas bocas, acortando el circuito escritor-lector.

La literatura, según Octavio Paz, es la memoria de los pueblos. El lector cienfueguero encontrará en el libro que comento, una parte de los momentos imprescindibles del quehacer literario en la ciudad donde vive, y más, el estado editorial de su literatura historiada en forma de catálogo.
Autor:  Derbys H. Domínguez Fragela

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