Los Bohemios, de Cienfuegos, 65 años de buen arte musical

El Trío Los Bohemios, una de las agrupaciones más longevas y emblemáticas que tiene Cienfuegos, celebra 65 años de su fundación. El nombre surge cuando, en sus inicios y estando en La Habana buscando posibilidades, alguien les comentó que andaban como Bohemios y desde ese momento adoptaron el nombre. El 31 de diciembre de 1959, comenzaron profesionalmente en el Hotel Jagua, fecha considera como fundacional.El alma del Trío Los Bohemios es Emilio Castellanos Cepero, su iniciador y director. Para él debe prevalecer el respeto, la disciplina, los ensayos, el conocimiento en el trabajo de las voces, algo que resalta como primordial. Todas estas premisas contribuyen, en gran medida, al éxito y a su vitalidad durante todos estos años con la calidad que lo han hecho. Nadie mejor que este señor de mirada sincera y noble, al que lo arropa un aura de música, que ha lidereado su agrupación como a una familia, para que nos cuente.

¿Qué siente al alcanzar estas seis décadas y medias con el trío?

“No imaginé cuando comencé, que íbamos a llegar a los 65 años, que cumplimos este diciembre, el día 31 y que se mantuviera con la calidad y el prestigio que tiene, que todo el mundo elogia. El premio más grande es el público que te da el reconocimiento por tu trabajo. Nunca pensé que fueran tantos años y que yo pudiera lograr eso”.
Según relata Emilio “el trío ha tenido momentos trascendentales, nos hemos presentado en muchos lugares, lo mismo en Cuba que en el extranjero y nos han escogido para momentos cruciales de necesidad prioritaria. Estuvimos en Angola, Alemania, donde tocamos en una línea aérea, con 53 vuelos, que ese trabajo no lo había hecho nadie. Nos presentamos en La Habana en importantes festivales y en lugares privilegiados para nosotros y aquí en Cienfuegos hemos tocado para muchas personalidades”.

Igualmente, “actuamos para Rigoberta Menchú, en Italia, donde permanecimos 7 meses. También en Brasil por 3 meses, en Bulgaria, Cabo Verde y México. Allí, cada vez que llegábamos a un lugar teníamos un trío de una calidad tremenda, pero ellos no pueden tocar las guarachas cubanas, así como nosotros muchos toques de guapango.Y conveniamos enseñarles a tocar nuestra música y aprender la mexicana. La pasamos muy bien, como en familia”.

El reconocido músico refiere además que “el trío en su recorrido ha perdido a unos cuantos compañeros que ya no están y siempre los recordamos con mucho cariño. En todas las etapas hemos tenido el reconocimiento del pueblo, que es el más importante. Donde quiera que llegamos Los Bohemios, somos una institución que todo el mundo conoce y cuando nos mencionan, las personas reaccionan con agrado. Nos ven por la calle y nos dan la mano con mucho respeto y admiración. Tocamos con la misma calidad ante una delegación de alto nivel, que ante cualquier persona. Todos los integrantes que han pasado por aquí han tenido el mismo sentido”.

Agrega el director que “el trío ha sido una escuela. La puntualidad es para mí una cosa vital, el respeto hacia todas las personas y hacia lo que tú haces es sagrado, muy importante y siempre lo hemos conservado. Nos ha abierto todas las puertas la seriedad en el trabajo, el respeto y la calidad que hemos logrado, que pensamos mantenerla por siempre, hasta que la vida nos de salud”.

“No te puedes separar del estilo de trío, tienes que ser limpio, actuar y que le guste a la gente, pero no puede sonar a un combo, u otra cosa, tiene que sonar a trío con sus tres voces y tres guitarras.Dentro de eso se pueden hacer mil variaciones, pero que tengas un sello y cuando la gente lo escuche sepa que somos Los Bohemios. Lograr eso también es difícil, que entre tantos tríos se reconozca que somos nosotros, por el sello que ya tenemos de tantos años” – acotó.

“Yo me siento muy contento, voy para mi trabajo como si fuera para una fiesta, porque para mí es una fiesta, no es trabajo. Es como la sangre que me corre por las venas. Vamos a ensayar y toda preocupación se me olvida, si tenía dolor de cabeza se me quita, si me dolía la espalda se me quita, es como una transfusión, la música es una transfusión. He hablado con médicos que me dicen que tengo mucha razón, psíquicamente, ya no me puede faltar, es como un suero que me ponen. La música que montamos, cuando siento que va tomando forma lo que queremos, eso me va dando una sensación de placer, que solamente el que está en eso, sabe lo que es”.

En materia musical “tenemos un repertorio ya bastante amplio y con este muchachito nuevo, Lazarito, hemos ido montando canciones más actuales, para la juventud. Es una suerte haberlo encontrado, un prodigio en niño, muy profesional, seguro en el requinto, vive enamorado de su trabajo, es muy puntual y carioso. Nosotros lo queremos mucho a él y él a nosotros, somos sus segundos padres”.

Sobre otros integrantes de la agrupación explica que “Mandy lleva 15 años con nosotros en el trío. Él es médico y también está muy contento, le gusta mucho, se siente muy bien. Dice que yo soy su papá, yo soy el papá de los dos. Él vive también para el trío, le gusta ensayar y las horas se nos va enseguida, parece como si fueran minutos. Siempre queremos que suene mejor, nunca estamos conformes y eso es bueno. Creo que todo artista debe ser así, que no se conforme con lo que hace, sino buscar que siempre quede mejor”.

“El trío va a cumplir 65 años y le decimos a nuestro público que es bastante grande, que lo queremos mucho, que estamos dispuestos a seguir con la misma calidad, para poderlos satisfacer, siempre que tengamos vida, salud y energía para seguir trabajando para ellos, que se lo merecen. Estamos actualmente los tres muy contentos de mantener nuestro trío. Creo que es una de las mejores fases esta que estamos pasando, aunque la dificultad es dónde tocar. Pero estamos ahí, no perdemos el ánimo y seguimos ensayando y montando números, tenemos que estar preparados para lo que venga”- insiste.

Inicio de los Bohemios en 1959: Emilio Castellanos, Gilberto Serralvo, Jesús Alfonso Dueñas y un camarero del Hotel Jagua al fondo.

Junto a la de Emilito, escuchamos también la voz de otros bohemios como Armando Javier Quintana Surí: “Por cosas del destino me vi integrando el trío Los Emperadores, que fue mi primera escuela en el género. Estuve con ellos unos 4 años hasta que el trío logró un contrato en México y a mí no me permitieron viajar. Hicimos entonces una permuta Manolito (voz segunda del Trío Los Bohemios en aquel entonces) y yo.Desde ese momento comencé en el trío Los Bohemios junto a Ángel Martell (Angelito) primera voz y requinto, Emilito (mi segundo padre a partir de ese día) guitarra y tercera voz, y un servidor segunda voz, guitarra y percusión menor. Siempre hemos sido como una familia, pasamos más tiempos juntos entre nosotros que con algunos familiares. Desde que yo entré al trío nos presentamos en el Hotel La Unión, hasta el comienzo de la Covid-19 trabajamos en ese lugar con gran aceptación del turismo internacional. Terminada la pandemia no se nos contrató más.

“Una vez que Angelito decide emigrar comencé a buscar a alguien que pudiera asumir el requinto, un instrumento bien complejo ya que se requiere de gran destreza, velocidad y buen gusto al ejecutarlo, pero además el candidato tiene que saber cantar haciendo una voz armónica. El profesor Rafael Gallardo me sugirió que probara con Lazarito, un joven de 19 años que tenía buenas habilidades con la guitarra pero que jamás había visto o tocado un requinto. Comenzamos a trabajar con él y los resultados han sido asombrosos, actualmente se desempeña como segunda voz y requinto, tiene un don innato para esta responsabilidad y lo ha asumido como si lo hubiese hecho toda su vida.

“Yo tuve que asumir la primera voz y guitarra después de la partida de Angelito y Emilito se mantiene como tercera voz y guitarra. Siempre predomina entre nosotros una energía muy positiva, somos un reactor de buena vibra. Seleccionamos el repertorio y hacemos nuestros arreglos entre los tres, sobre la marcha. Una vez seleccionado el nuevo tema a trabajar cada cual trae su idea y su propuesta y poco a poco vamos dando forma propia a la canción seleccionada. Disfrutamos mucho hacer este trabajo mientras le tomamos el café a Emilito. Siempre tenemos tiempo dentro del ensayo para hacer algún chiste o recordar alguna anécdota simpática del pasado, es habitual bromear entre nosotros, es una característica de Emilito el mantener el buen humor sin descuidar la disciplina y el compromiso de cada cual con la parte que le toca dentro del trío. Hay Emilito para rato”.

Para el más joven de sus integrantes, Lázaro Chaviano Díaz, “pertenecer al Trío Los Bohemios, ha sido una de las grandes bendiciones que me ha dado la vida, una de las más importantes, porque esta fue la gran oportunidad que tuve de realizar mi sueño en la música y de contar con una familia, porque somos un trío, pero también somos tres hermanos, yo soy hijo de Mandy y nieto de Emilito o soy el hijo más pequeño de Emilito y es así, así nos tratamos. Eso se refleja mucho en la propuesta musical del trío, en lo que al final le brindamos al público donde influye mucho en eso, el amor que nos tenemos, la cofradía, toda la confianza y el apoyo que ellos me han brindado en momentos difíciles de mi vida, por ejemplo, cuando perdía a mi madre los dos siempre estuvieron ahí conmigo y les estaré eternamente agradecido”.

El trío tiene su peña habitual el segundo y cuarto domingos de cada mes a las 10 de la mañana en los Jardines de la UNEAC. Además, una presentación mensual en la Asociación Hermanos Saíz, en dependencia de la programación y todos los cuartos martes, en el Centro Cultural de las Artes, a unos metros del parque José Martí. Los Bohemios han conquistado un lugar en el corazón del pueblo centro sureño, mientras continúan defendiendo el buen arte musical, como excelentes protagonistas.
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