Como viene siendo habitual desde que hace un cuarto de siglo la UNESCO decidiera conmemorar cada 21 de marzo el Día Mundial de la Poesía, en este 2024 no faltarán acciones alrededor del mundo dirigidas a enaltecer uno de los más antiguos géneros literarios, así como a quienes lo cultivan.
Apreciada por el caudal de emociones que desde su síntesis es capaz de transmitir, esta forma de expresión ha ido perdiendo con el paso del tiempo el alto nivel de aceptación que durante un largo período de la historia del ser humano gozó. Al menos así lo sostienen investigadores del tema.
Atendiendo a ese cierto declive, es que en 1999 la UNESCO resolvió deparar un día para su reconocimiento, tomando también en consideración el modo en que la poesía puede contribuir a fomentar la diversidad lingüística, estimular el diálogo cultural y la paz.
Es en cuanto a la armonía que universalmente es capaz de propiciar, que la obra y la confraternidad entre poetas toma en estos instantes mayor relevancia, a partir de los episodios de terrible violencia que vive la humanidad, de los cuales el genocidio que sufre Gaza constituye su punto culminante.
En Cuba, como en el resto del mundo, la fecha no pasará por alto y varias son las acciones que este 21 de marzo promocionan la lectura, la escritura y las publicaciones dedicadas a dicho género literario.
En La Habana, por ejemplo, el Centro Cultural Dulce María Loynaz ha convocado al Café Literario Aire de Luz que habitualmente conduce allí la escritora Basilia Papastamatíu, esta tarde acompañada por sus colegas Marilyn Bobes y Pedro Juan Gutiérrez, quienes leerán algunos poemas de su autoría.
“Primavera de los poetas” llaman en Europa a la jornada, aludiendo así no solo a la coincidencia de la fecha con el equinoccio de esa estación del año en el hemisferio norte, sino porque también es un día en que la poesía brota por doquier, como el colorido de las flores tras los grises del invierno.
Autora: ADALYS PÉREZ SUÁREZ