Van Van, ese tren que no para

Con un Grammy honorífico y un premio Womex, Los Van Van se ratificaron en 2013 como el tren de la música cubana, en un año en que los concertistas tuvieron un mayor protagonismo.

La orquesta fundada el 4 de diciembre de 1969 por Juan Formell de nuevo fue noticia, llevándose dos de los galardones internacionales más prestigiosos, esta vez en reconocimiento a su trayectoria de éxitos.

Sin embargo, no todo fue salsa y reguetón en Cuba, aunque sin dudas esos géneros aún reinan en el gusto popular: el rock más duro celebró varios festivales, y la música de concierto también brilló.

El festival internacional de metal extremo Brutal Fest celebró una edición de invierno y una de verano, con presentaciones en varias plazas fuertes del rock en Cuba y amplia presencia foránea.

Fue un año de muchos cambios en la escena metalera nacional, con una nueva dirección de la Asociación Cubana de Rock, y la subida a la palestra de nuevas bandas tras el adiós de otras consagradas.

A su vez, la escena alternativa y electrónica encontró nuevos espacios, recibió a importantes DJ’s internacionales como Derek Trucks, y realizó el festival Peace and Love.

Asimismo, DJoy de Cuba se consolidó como el pinchadiscos de más arrastre en la isla, al punto que tuvo a su cargo la parte musical de la edición 35 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Múltiples artistas de primer nivel vinieron a Cuba como el guitarrista Paco de Lucía, las folcloristas Totó la Momposina y Lila Downs, el trovador Ismael Serrano, el baladista David de María, y la cantante Beyonce y su esposo, el rapero Jay-Z.

La glamorosa pareja paralizó el tráfico en la Habana Vieja, y fue testigo del nivel artístico de los cubanos, desde los niños de La Colmenita, hasta los bailarines de Danza Contemporánea.

También regresaron a Cuba figuras imprescindibles de la salsa como Isaac Delgado, quien cantó junto al trovador Silvio Rodríguez en el barrio habanero de Santo Suárez.

La feria Cubadisco retomó en 2013 su esencia comercial, para amortizar el costo de la fabricación de discos ante la creciente demanda de las empresas cubanas de grabación musical.

Cubadisco 2013 le entregó un premio especial a la cantante Omara Portuondo, la octogenaria diva del Buena Vista Social Club que ya anunció una gira nacional de despedida para el próximo año.

Esta cita estuvo dedicada a Ecuador, al violín y a los jóvenes concertistas, que fueron sin dudas los protagonistas de este evento y del Festival Leo Brouwer de Música de Cámara.

Dicho festival homenajeó a Silvio Rodríguez con un miniconcierto de Augusto Enríquez, preámbulo de la gira junto a la Sinfónica Nacional con que cerró 2013 el otrora vocalista del grupo Moncada.

La raíz musical de Cuba estuvo representada en Timbalaye-2013, un festival que cerró con la rumba más larga del mundo, para rendirle tributo a padres y maestros como Tata Güines y Pancho Quinto.

La escena nacional estuvo muy movida, más allá de los clubes, y mientras Silvio desarrolló su gira por los barrios, el dúo Buena Fé regaló un concierto gratuito por la paz en la barriada capitalina de La Víbora. En esa cuerda comunitaria estuvo el encuentro de Voces Populares, que respondió a la urgencia de rescatar el género canción para la bohemia habanera, sin una Lupe o una Elena Burke disponible.

Convocado por la cantante Argelia Fragoso, la cita contó con las actuaciones de la mexicana Lila Downs y la dominicana Maridalia Hernández, célebre por su paso por el cuarteto dominicano 440.

La trovadora argentina Teresa Parodi también cantó en Cuba, pero vino con el micrófono de Mercedes Sosa, que guarda como una reliquia de quien venera como una gran madre.

“Me lo regaló el hijo de Mercedes, y lo traje como un pedazo de ella a este país que es meta para quienes defendemos la canción latinoamericana”, explicó la autora de una treintena de discos.

Este año la música cubana perdió a la más emblemática compositora de temas infantiles, Teresita Fernández, pero una continuadora de su arte, Liuba María Hevia, celebró sus 30 años de carrera cantándole.

Ya casi al finalizar diciembre, el festival Jazz Plaza regresó con varios “monstruos” del género, como el pianista estadounidense Arturo OFarrill, siempre feliz de venir a este país que despide 2013 y saluda 2014 con quizás su mayor tesoro: la música.

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