El Templo Bautista Nazaret (1936) exponente más valioso del Art-Decó en esta ciudad del centro sur del Archipiélago, a 250 kilómetros de La Habana, resplandece como nunca luego del reciente Premio Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural en Cuba.
Ubicado en la Calle 37 esquina Avenida 62, como parte de las edificaciones aledañas al Paseo del Prado es una muestra excelente de la arquitectura religiosa de su tiempo.
La obra del arquitecto habanero Luis Dauval, según el antiguo Periódico cienfueguero La Correspondencia se acometió mediante el financiamiento de una donación a la Iglesia Bautista de la Perla del Sur concebida por la millonaria norteamericana señora Bottoms.
Una joya del estilo Art-Decó muestra el santuario de un valor alto arquitectónico y grado de protección uno, con la singular muestra de diseño interior de inconmensurable factura.
De acuerdo con la Master de la Dirección Provincial de Patrimonio, la Arquitecta Roxana Labairu Batista, el Templo presenta una parcela rectangular, con planta compacta, muros de ladrillos, cubierta y entrepiso de hormigón armado, pisos de mosaicos y granito y carpintería de madera y cristal.
Roxana se refiere al pórtico decorado de forma geométrica en los elementos, lo cual jerarquiza el acceso principal unido a ventanales de grandes dimensiones, con proporciones esbeltas y el uso de la vidriería en colores ámbar, verde y púrpura.
Singularidades de un edificio excepcional, donde la mayor carga decorativa se encuentra en el cuerpo y la torre, en forma de aguja, que sobresale como elemento compositivo de la fachada en un volumen adornado con rosetón de influencia neogótica, rematada por una pirámide de base ortogonal.
Motivos geométricos adornan los vitrales, a lo que se unen complementos de las culturas prehispánicas y egipcias en interiores y fachadas, que también enriquecen la estética.
Orden y equilibrio trasmiten los elementos componentes, al lograr una integración total del Templo que, con un alto grado de conservación enriquece el ambiente urbano del Centro Histórico, declarado por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El Art-Decó toma el nombre de la Exposición de Artes Decorativas e Industriales de París (1925) y se emplea por primera vez en la expo retrospectiva (1966) que consolida la corriente estilística dominante entre los años 20 y 30 del siglo XX.
Formalmente se caracteriza en decoración y arquitectura, por adoptar como base la geometría imperante del cubo, la esfera y la línea recta. Emplea el zigzag y conjuntos de líneas rectas horizontales y verticales, así como perpendiculares combinadas con medias y enteras circunferencias, junto con hexágonos y octágonos.
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