Te voy a contar una historia… la del ICAIC, en pandemia

En el lobby del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos hay cientos de carteles de cine cubano, poca luz, una cámara antigua y una mujer llamada Rosa Nogueira. Custodio de estas puertas desde hace 36 años, solo paró de trabajar una vez: abril de 2020.

– ¿Fue raro no verse aquí?

– Me sentí muy mal. Una persona que trabajó aquí tantos años… Este es mi segundo hogar.

De la pandemia espera ver que nos recuperemos totalmente, pero “el cine es muy costoso, requiere muchos recursos, no podemos desenvolvernos como antes”. Pero antes de vigilar estas puertas de cristal y tomarle la temperatura a los visitantes, trabajaba “allá atrás”. Jefa de taller de la Distribuidora Nacional de Películas, hoy tiene 69 años. “Me he pasado mi vida aquí”. Su película favorita es Suite Havana. Lo dice y señala al techo. Ahí está el cartel.

– Mira, ese que va por ahí es un fundador. ¿Este? Este ha sido mi comienzo y mi final.

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Este 24 de marzo el Icaic cumple 62 años de fundado. Aún tenemos presente algunas que otras frases o escenas que han marcado la filmografía cubana.  Pensamos, por ejemplo, en: “Felo, ¡tu madre!” (Los pájaros tirándole a la escopeta; Rolando Díaz; 1984), “¡Lo maté tigre, lo maté!” (Vampiros en La Habana; Juan Padrón; 1985), “Si me pides el pescáo te lo doy (Te lo doy, te lo doy, te lo doy…)” (La bella del Alhambra; Enrique Pineda Barnet; 1989), “¡Está viva! ¡Te la voy a entregar viva! ”(Clandestinos; Fernando Pérez; 1987). 

No olvidamos tampoco: “Eso habría que verlo, compay” (Elpidio Valdés, la película; Juan Padrón; 1979), “¡Virgencita, apretaste!” (Lista de espera; 2000; Juan Carlos Tabío) y más cerca “Yo nunca lo besé”(Inocencia; Alejandro Gil; 2018). Sin embargo, este año ha sido distinto. Sin festival, ni cines abiertos, ni estrenos. Casi todo se ha detenido, y en cuarentena quizá hemos consumido más cine que antes, ¿cómo ha vivido el Icaic esta pandemia? 

Para hablar de la industria cinematográfica en tiempos de COVID-19 hay que hablar inevitablemente de Arturo Santana. “Selfies. Rostros en la Pandemia” es una serie documental que llegó cuando no habíamos visto la pandemia aún empezar a formar parte de la realización audiovisual cubana, y ya cuenta con tres entregas. Lo más difícil de concebirla fue “justamente colocar el proyecto”. 

“Uno siempre tiene ideas y estructuras, pero el cine es un ejercicio y uno debe esperar el momento apropiado. Desgraciadamente hubo un momento apropiado para hacer una historia así. A mi me hubiera encantado hacer una de amor o documental acerca de otro objetivo, histórico o emotivo. Pero me tocó y a partir de ahí deposité toda mi experiencia e intención de un proyecto así para redes sociales”. 

Según contó Santana a Cubadebate, en estos momentos prepara una serie documental de tres capítulos de 45 minutos sobre Benny Moré, aunque está siendo afectada por la pandemia. El hombre que salió a la calle y capturó los rostros de la pandemia, cuando necesitábamos mirarnos, como dice él, al menos al espejo, dice que ahora sueña mucho más. “He visto mucho más escondrijos de la vida o, a través de ellos, he visto la vida y duermo menos, absolutamente menos. Sueño más y duermo menos”. 
(Tomado de Cubadebate)

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