Por: Lisandra Marene.
26 de enero de 2012.
Cual una suerte de “encuentro histórico” -a juicio de no pocos- acaeció la noche de este miércoles, un concierto en el que, por vez primera, compartieron escenario integrantes de la Northwest Sinfonietta, procedente de Estados Unidos, y de la Orquesta de Cámara Concierto Sur, radicada en Cienfuegos.
La Sala Ateneo, del teatro Tomás Terry, devino espacio para el cordial intercambio.
Cuarteto de cuerda Op.18 No.5, de Beethoven; Suite para guitarra y orquesta, compuesta por Leo Brouwver; La comparsa, cuya autoría remite a Ernesto Lecuona; El bodeguero, de Richard Egües; y un Octeto concebido por Mendelssohn, constituyeron las piezas interpretadas. Desde el primer compás, apreció entonces el público un perfecto equilibrio forma/contenido: a las impecables ejecuciones resultó atribuible un potencial expresivo extraordinario, ¡pura poesía!
Neil Birnbaum, director ejecutivo del conjunto orquestal con sede habitual en el Teatro Rialto, de Tacoma, y ahora de gira internacional, declaró a CINCO de Septiembre digital: “Nuestras expectativas están en la idea de construir puentes a través de la cultura. ¡Y es lo que hemos estado haciendo! Lo he observado incluso a un nivel muy básico. Durante los ensayos, norteamericanos y sureños, juntos, se comunican sin mediación del lenguaje verbal; lo hacen con los ojos, el cuerpo, notas melódicas… Al final, cada uno de ellos será mejor persona, mejor músico, luego de la experiencia”.
El programa de la actual visita al territorio, del 22 al 27 de enero, ha ubicado a varios de los 35 profesionales miembros del colectivo bajo la batuta del maestro Christophe Chagnard, y patrocinadores, en la Escuela Vocacional de Arte “Benny Moré”. También, en disímiles comunidades. Para mañana viernes, el mencionado coliseo les acogerá nuevamente.
Según el entrevistado, una semana después del regreso a su país, continuarán los habituales ensayos. Prevén pronto, funciones inherentes a escenas de las óperas de Puccini, Madame Butterfly, Tosca y La Bohème.
De acuerdo con el sitio web de la Northwest Sinfonietta, fue fundada en 1991 a propósito del Bicentenario de Mozart. Asume, como parte de un repertorio que trasciende la sinfónica, ópera, ballet y música coral, piezas de todos los estilos y épocas. Hacia 1996, en virtud del VI Congreso Mundial del Arpa, ofreció unos 15 conciertos. Unido a las producciones Dido y Eneas y Don Giovanni -por citar-, los fonogramas Arabesque (1996) y Sinfonías No. 40 y 41, de Mozart, (1998) patentizan por qué constan “entre las mejores organizaciones de la música clásica en su región”, publicó el Seattle Times.
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