La provincia de Cienfuegos es cantera feraz de creadores y artistas proclives a los lienzos; las multiformas y los estilos diversos. Pero los agasajados se quedan con frecuencia dentro del lindero de la ciudad cabecera y se olvidan a otros artífices que pisan fuerte desde los poblados que conforman este territorio.
Tal es el caso de Santiago García González, un crucense de pura cepa, que ha dedicado toda su vida a la promoción de su trabajo y el arte en aquel terruño, pero que en los últimos tiempos se ha acercado más a las plataformas nacionales, con resonancia incluso en el mundo.
¿Cómo ha sido este salto de tu trabajo, desde los predios de Cruces hasta el escenario nacional?
“Desde los años 80 y 90 tengo una relación estrecha con el arte, que si bien en sus inicios fue un modo de entretenimiento, luego de pasar el Servicio Militar, se fue convirtiendo en mi forma de vida, siempre ligado al municipio de Cruces. Allí es donde surge el grupo Huellas, el 21 de marzo de 2002, dirigido por Marisol Fernández Granado, y gracias al apoyo de su colectivo, en él me afianzo como creador e instructor de arte. Desde ese entonces hasta acá ha llovido bastante: he transitado por la pintura, escultura, soy afiliado a la ACAA y aún funjo como instructor en la Casa de Cultura Enrique Cantero Ibáñez.
“Gracias al trabajo intenso con los aficionados y los resultados que ellos han recibido durante años, hoy estoy nominado al Premio Nacional Olga Alonso, que entrega el Consejo Nacional de Casas de Cultura con el objetivo de reconocer nuestros aportes en este ámbito.
Todo ha sido un proceso paulatino, siempre poniendo de relieve mis dos aristas: la correspondiente al humor gráfico, las colaboraciones con la prensa, los homenajes a personalidades, las exposiciones y las producciones de arte naif. Todo ello mediante la superación y perfeccionamiento en cada muestra o las contribuciones al arte público en Cruces”.
En tu obra prevalecen marcas específicas. ¿Cuáles han sido esos rasgos significativos o en los que has puesto más empeño para lograr una mejor recepción en el público?
“Dentro de mis trabajos, tengo una serie llamada Fábulas del Palenque, sobre la base del arte naif, que, debo destacar, está en un continuo proceso de desarrollo y retoque. Por lo general, en este tipo de obra utilizo la técnica de la crayola, la tiza, pero sobre todo el papel craft recortado y rasgado. Las temáticas giran alrededor de la antropología, la insularidad, las leyendas orales y los símbolos típicos que nos llegan del pasado cubano.
“Aquí también están incluidas Las historias de Mamá Cora, consideradas como una proyección dentro de las Fábulas…, pero tomo en ellas una perspectiva feminista, con amplia presencia de criaturas y emblemas con tales características”.
Este tiempo de confinamiento por la Covid-19 en Cuba y en el mundo ha repercutido de manera positiva en la obra de muchos creadores, no solo en la inspiración, sino también como picota ideal para la visualización de las obras. Cuéntame cómo ha sido tu experiencia.
“En diciembre de 2019 obtuve Mención durante la XIX edición del Salón Provincial de Arte Naif, auspiciado por el Consejo Provincial de las Artes Visuales (CPAP) de Cienfuegos. Luego de ello, me hicieron una propuesta y participé en tres exposiciones colectivas internacionales en línea: la primera de ellas fue Rompiendo fronteras, desde el 20 de abril al 20 de mayo, en la que participaron disímiles creadores de México, España, e invitados de Brasil, Guatemala, Puerto Rico, Italia y la India, más los grupos MAE (Movimiento de Arte Emergente) y Arte sin Fronteras, ambos mexicanos.
Fue una experiencia muy positiva, al igual que la exposición colectiva internacional online Art Time, auspiciada por la India en el mes de junio, donde seleccionaron la obra Noche de ronda, de la serie Fábulas del Palenque, hecha al óleo. En ella participaron más de 15 artistas cubanos y una decena de invitados de naciones tan diferentes como China, Pakistán, Egipto o Burkina Faso.
Son encuentros extraordinariamente valiosos, no solo por los diplomas que otorgan al participar, sino por la experiencia enriquecedora y el alcance que puede tener la obra de cualquiera de nosotros”.
Entonces has vivido mucho regocijo como instructor y creador, pero también está la caricatura. Cuéntame alguna anécdota sobre ello.
Mi relación con la caricatura nace en los años 80, cuando empecé a realizarlas inspirado en las revistas soviéticas Tiempos Nuevos y Sputnik, a partir de lo cual continué con los trabajos de trasfondo social; acerca de la gente y el pueblo, reflejados sobre todo en galerías, en la publicación humorística La Picúa, Montañés o en el propio semanario 5 de Septiembre.
“En los últimos tiempos participé en el XIX Salón Internacional de Humor Gráfico, que lanza la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Villa Clara junto con Melaíto, publicación humorística de la editora Vanguardia. Fue un certamen muy fuerte, donde compitió la crema de la sátira gráfica en Cuba y el mundo, con más de 300 invitados.
“Un momento muy especial para mí en este plano, fue cuando le entregaron una de mis caricaturas al querido cantautor Polo Montañez durante el concierto que realizara en Cienfuegos en el año 2002. Curioso, porque fue una pieza dispuesta para el denominado Salón de la Picúa, y para mi sorpresa obtuvo premio. Cuando vio la obra, recuerdo que dijo: “¡Coñó, me cachaste!”.
(Tomado de 5 de Septiembre)
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