Cienfuegos abraza nuevamente un Salón próximo a cumplir las cuatro décadas de existencia. No es poco. Lo hace a sabiendas que son tiempos difíciles y a duras penas se tiene a mano los peculios para apostar por las artes visuales y favorecer aquellos procesos que desde la cultura artística resguardan las claves de nuestra identidad.
Arriban los días en que el gremio de artistas sureños se reúne para tributar a nuestros héroes y compartir los fervores y novedades de un año de pesquisas, de voluntades para sondear nuevos sentidos y discursos, fabulaciones y quimeras, en este anchuroso camino que convida a descubrir el verdadero sentido de la destreza, despabilar las emociones o conmociones en los públicos, aunque perdamos la respiración en la zambullida. No importa que la llama sea tenue (domeñada por ausencias, dislates, carencias, olvidos, la inmadurez, etc.), lo que atañe es que algún destello sobreviva hasta las mejores cosechas y acontezca la renovación.
DÍA PRIMERO
A las tres de la tarde del pasado lunes 2, el Salón 5 de Septiembre inició sus accionares en la pequeña Galería Federico Fernández Cavada del Taller de Grabado del Consejo Provincial de Artes Plásticas (CPAP), con una muestra colectiva de artistas sureños e invitados del resto de la isla (Santa Clara, Sagüa la Grande y La Habana), y representación internacional, Ecuador, España y México, intitulada 7 tintas, en la que se develan textos visuales concebidos con diferentes técnicas del grabado (xilografía, serigrafía, calcografía, colagrafía, litografía, linografía, monotipia, xilografía y punta seca); por autores consagrados o noveles, al modo de Diana Balboa, Ángel Maidelín Calzadilla, Liz Angeline Fernández, Lisbeth Ledo, Jennifer Delgado, Raimundo Orozco, Mabel Alfonso, Carlos Cruz, Julio Omar Fernández, Alexander Cardenés, Rafael Cáceres, Ricardo Sanabria, Andrés Moctezuma, Nelson Villalobos, Rafael Peneca, Néstor Vega Padrón, Nelson Domínguez, Elías Acosta, Rufino de Mingo, Arturo Benítez, Yasser Curbelo, Hernán Cuevas, Juan Carlos Ponce, Manuel Quesada, Julio César Peña y Roberto Gil; todos conectados con el quehacer de este proyecto amparado por el Concejo Provincial de las Artes Plásticas de la ciudad de sévres.
La exposición tiene como atributos: la diversidad de técnicas al uso, casi todas las disciplinas del grabado; la ingente presencia de la mujer (todavía con insuficiente representatividad) y el surtido de discursos (ora de tipo vanguardístico o experimental, ora narrativos, muy al gusto del arte ingenuo, finalmente dentro del fabulario popular), derivativos de la propia formación de los creadores (académicos o autodidactas). Lamentable que la comunidad de estudiantes y artistas del gremio fuese exigua en tanto públicos durante esa jornada.
DÍA SEGUNDO
El martes 3, a las 9:00 a.m. sucedió el evento teórico en el salón principal del Taller de los Artistas, en Calle La Mar. El auditorium logró disfrutar de la presentación del último número de la revista Arte Cubano, presentado por el fotógrafo, historiador y crítico de arte Alain Cabrera Fernández. Asimismo, se produjo una actualización sobre eventos de las artes visuales, en voz del director del Centro Nacional de Desarrollo de las Artes Visuales Ernesto Yoel Ramírez Cascaret, quien es un estudioso de la Educación por el Arte y Animación Sociocultural; un conversatorio con el artista visual y escritor bautense Denys San Jorge Rodríguez y la conferencia El extraño caso de unas caricaturas sureñas, del autor de estas notas.
TERCER DÍA
El miércoles 4, a las 9:00 a.m. acaece en la pequeña salita Mateo Torriente de la UNEAC la muestra personal La urdimbre y la trama, del artista plástico Denys San Jorge Rodríguez, graduado de la Academia de San Alejandro en 2004 e ilustrador de publicaciones periódicas y revistas de EE.UU., México y Cuba.
San Jorge nos ofrece una selección de obras que fueron premiadas en el XXXI Salón Provincial de Artes Plásticas Eduardo Abela, de Artemisa, en la que constata no solo su vocación antropológica y amor hacia la historia, el apego por la identidad y el pasado de la tradición textil en su terruño (es ineludible el coto autorreferencial en estas construcciones documentales), sino también el tino para resignificar las fuentes gráficas, los objetos encontrados, y consumar relatos en torno a la comunidad de Ariguanabo en Cayo de la Rosa.
En cambio, a las 4:00 p.m. sucede, finalmente, la inauguración de la muestra competitiva en la Galería Santa Isabel, que por esta vez acoge a 29 artistas visuales de la ciudad y algunas municipalidades.
No podemos engañarnos. No es este un Salón henchido de asombros o novedades, pero sí de algunos deleites.
En un principio se arremolinan múltiples generaciones, desde los más curtidos, habientes de un privativo e inconfundible estilo: Rafael Ángel Cáceres Valladares, Néstor Vega Negrón, Elías F. Acosta Pérez, con obras ejemplares en su pericia y singular vanguardismo; los insospechados, que sientan pautas dentro de los reservorios académicos y reconfiguran las fabulaciones en términos de prácticas y discursos, al estilo de Luis Miguel Rivero García, Raúl Cué Echemendía, Luis Alberto Álvarez López, Ernesto Rodríguez González, Antonio Santiago García, Daniel Alujas Pumarada, Osmany Núñez Chaviano; las oleadas de la academia de arte (2022-2024), con autores al modo de Diana Laura Ledesma Blázquez, Leidiani González Santos, Erika Pino Villegas, Gabriel Guerrero Garrido y Liz Angeline Fernández García, cuyos atributos subrayan la preocupación por los bastimentos técnicos y los tópicos más urgentes; los artistas populares o cultores del naif, con trayectorias punzantes, ineludibles, como Julián Espinosa Rebollido “Wayacón” y Eduardo Puebla Peñate, o en ascenso, al modo de Ernesto Álvarez Morejón y Osmay Sarría Velázquez; y los benjamines y/o autodidactas, en proceso de auto reconocimiento o precisión de marcas, en la cuerda de Gabriela Díaz Acosta, Osmay Sarría Velázquez, Irving Torres Barroso, Santiago García González, Abel Igor Basulto Vázquez, Yandy Santana Perdomo, Jesús A. Rebull Morales, Julio Alberto Egozcue Romero y los laboriosos estudiantes, Leonard Santa Rumbaut y Alex Medina Machado.
Asimismo, debe connotarse la variedad de disciplinas incorporadas al salón: el dibujo y la pintura, el grabado, la instalación, fotografía, escultura, el video documento, etc., expresiones de la vanguardia y el arte popular y/o naif (insisto en que no debemos ensamblar estas clasificaciones aunque hay ciertos conexos), que vienen a dinamizar las voces y discursos en la puesta curatorial. De igual manera, dentro de la propia vanguardia se percibe cierta diversidad de enunciados y géneros que oscilan entre el conceptualismo cortés y cierta perspectiva de tipo informalista y/o posmoderna. Confiamos que para justas venideras se reajusten los premios y los creadores consoliden sus proyectos desde una positura más experimental o ensayística.
Los admiradores de las artes plásticas en la ciudad de sévres tienen, pues, otra oportunidad de acercarse a la Galería de Santa Isabel para medir los pulsos de una de las manifestaciones más preciadas por los cienfuegueros, desde la tradición cartográfica que a fines del siglo XVIII dio inicio a las creaciones visuales hasta las novísimas mareas de jóvenes titulados de las escuelas de arte.
Sobre la XXXV Emisión del Salón 5 de Septiembre, sus premios y atributos, ampliaremos valoraciones críticas en una próxima edición digital.
Autor: