La música en Cuba se presenta como una compleja síntesis, resultado del diverso y amplio proceso de interacciones culturales que en el lapsus de unos cuatro siglos, lograron caracterizar la cultura musical del país. Dos complejos multiétnicos: el hispano y el africano, se distinguen como fundamentales en la heterogeneidad de elementos que convergen en el territorio caribeño. La música integra esta cultura de síntesis, donde disímiles elementos de transculturación contribuyeron a la formación de un lenguaje artístico propio.
La palabra rumba, se identifica con otros vocablos afroamericanos como “tumba”, “macumba”, “tambo”, cuyo significado era fiesta o fiesta colectiva con sentido general de grupo y reunión. En estas festividades confluían diferentes sectores de la población, cuyo elemento común era formar parte de los grupos más explotados de la población.
Actualmente, se reconoce la importancia de la rumba como complejo genérico que forma parte de la música popular tradicional cubana. Uno de los principios de la política cultural aprobada en la Unesco es el enriquecimiento, preservación y difusión del patrimonio cultural. De manera coherente, en 2012 el Estado cubano declara a la rumba como Patrimonio Cultural de la Nación. Y en 2016 en Addis Abeba, Etiopía, la Unesco incluye a la rumba cubana en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
La agrupación Rumba Lay surge como proyecto el 3 de mayo de 2008. Constituye la más fresca continuidad de la rumba cienfueguera, cultora de ese género representado a través de la música y la danza, con el objetivo de retomar las tradiciones culturales afrocubanas que marcaron pauta en el territorio. La agrupación produce numerosas variantes de cantos y toques. Perteneciente a la Asociación Hermanos Saíz (AHS), está integrada por el interés de un grupo de jóvenes portadores con diferente formación y aglutinados bajo el criterio del toque de la rumba conocida como “rumba de cajón”.
¿Por qué el grupo se nombra Rumba Lay? La idea de este nombre fue sus integrantes, en honor al destacado músico cienfueguero Rafael Lay Apesteguía, quien dejó sembrado para los cubanos las huellas del verdadero gusto musical. Un alto porcentaje del repertorio que interpreta la agrupación es de la autoría y arreglos de su director, Reinier Sarría Sarría.
Cantos yorubas y haitianos, ciclo congo, fusión de temas de contenido político de la nueva trova y popurrí de boleros, columbias, yambú y el rico guaguancó, son las modalidades que nutren su repertorio. Temas creados por su director y otros compositores de la vanguardia artística nacional.
La agrupación ha promovido su música a través de afiches, demo compuesto por siete temas y un teleplay titulado La rumba del romántico tramposo. Asimismo, en estos tiempos de pandemia, se le han filmado cápsulas y publicado en espacios virtuales. Ha paseado la rumba por significativos escenarios de la ciudad y otras provincias del país. Se han presentado en espacios de jerarquía cultural en la ciudad: el cubanísimo patio de ARTEX, el Café Teatro Terry y los Jardines de la Uneac. Además, se han presentado en consejos populares, centros penitenciarios de la localidad y en los municipios de Palmira, Lajas y Abreus, donde gozan de gran estimación popular. Rumba Lay recibió en 2008 la Categoría Nacional que otorga el Consejo Nacional de Casas de Cultura por la calidad técnica y artística demostrada y su vinculación al movimiento de aficionados.
Dicha agrupación ha sido laureada en varias ocasiones, llegando alcanzar en 2011 el Gran Premio Nacional Escaramujo, galardón más importante que otorga la Brigada de Instructores de Arte “José Martí”; asimismo obtuvo el Gran Premio Internacional de la Rumba Timbalaye, en el año 2013. También participaban en el Festival del Guananá, las Galas político-culturales de la FMC y la CTC, así como en significativos eventos de la cultura cubana y cienfueguera. Son hoy, mito y memoria para sus seguidores. Anualmente participan en el Festival Internacional de la Rumba Cubana Timbalaye con presentaciones en espacios de la capital. Diversas instituciones han reconocido y premiado su trabajo como la Uneac y la AHS, entre otras.
Con amplio repertorio y estilo propio, tiene un público joven y variado que le sigue a todas sus presentaciones. Agradecer a esta agrupación joven, cultora de las más auténticas tradiciones rumberas, es parte de la responsabilidad que se siente por enriquecer y proteger la cultura en Cienfuegos.
(Tomado de 5 de Septiembre)
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