Alrededor del talento artístico existen muchas personas que lo apoyan. Se puede ver principalmente, en los espectáculos donde se aúpan varias especialidades que hacen de la puesta en escena una verdadera obra de arte. Ellos son esenciales para el acabado final, para que el producto llegue al público con la mayor calidad posible. Si una de estas partes fallara, echaría a perder todo el trabajo del talento artístico. Tanto tramoyistas, vestuaristas, maquillistas, luminotécnicos, sonidistas, productores deben trabajar basados en un mismo pensamiento en común.
Por eso, todo espectáculo exitoso lleva un buen director artístico, quien debe dar el acabado final al producto ante el público. Necesita tener cultura para conocer las especificidades de cada manifestación artística, las características propias de cada intérprete o agrupación, el público al que estará dirigida la puesta, la ocasión para la cual se presenta, la locación que se va a utilizar y dominar todo el instrumental técnico que se necesita. Es quien guía al talento y a los técnicos, en pos de un resultado artístico de calidad. Pero hablar del tema precisa de una voz experimentada. Por eso me acerqué a un reconocido director artístico, quien ha tenido a su cargo importantes puestas en escena y espectáculos en Cienfuegos: Roly Martinez Varens.
Al preguntarle sobre el director artístico como concepto argumenta: “es el encargado por ley de proponer, concebir y dirigir la realización del hecho artístico. Selecciona, orienta y supervisa su equipo de dirección, los intérpretes y técnicos. Dirige los ensayos, puesta en escena, supervisa la calidad del trabajo; elabora, orienta y controla el cumplimiento de los planes de escena; aprueba y supervisa la concepción, diseño, selección y ejecución de la música, efectos sonoros, escenografía, vestuario, iluminación, maquillaje, efectos especiales o cualquier otro elemento técnico artístico que requiera el espectáculo; además elabora y presenta el informe de evaluación final del trabajo.
(…) Un director artístico debe caracterizarse por la versatilidad al tratar con diversos géneros musicales. Hay espectáculos con mayor grado de complejidad, como los que precisan de un coro, o una orquesta sinfónica. También los extremos, que son aquellos con los que se trabaja con niños en escena. Es un reto siempre asumir todo y un director debe estar preparado”.
En el caso de Roly, que es además diseñador escenográfico, él visualiza todo primero en imágenes. Así el vestuario, las luces, las entradas y salidas de escena, van tomando un sentido, se van formando. Luego se va a incorporar el animador o presentador, según las necesidades de la puesta.
Entre sus preocupaciones está la poca seriedad con que actualmente se está tomando la dirección artística; cuando los espectáculos improvisados, planificados con un tiempo mínimo de preparación, están afectando el resultado artístico de los mismos. Otra de sus inquietudes es en cuanto al talento que representa y la atención que merecen imprescindibles figuras y agrupaciones del patio. Necesitadas y dignas de que no se les desampare, teniendo en cuenta la valía que representan para el Patrimonio Musical de Cienfuegos.
Roly se ha convertido en defensor y promotor de importantes figuras del pentagrama sureño. Lo que demuestra su aprehensión, sentido de pertenencia y actitud responsable en cuanto a la cultura de su localidad. Como buen martiano, predica la frase de «Honrar Honra». Es por eso que en sus dotes de buen director está siempre la primicia del cuidado y el bienestar del talento de su ciudad. Gracias al cual y unido siempre al mismo, ha podido realizar su obra de vida siempre a favor de elevar la cultura y el nivel artístico de cada espectáculo que le ha tocado representar. Entre ellos los ya desparecidos Festivales de Tríos, los Boleros de Oro, las Galas del 5 de Septiembre, de los Festivales de Guitarra y su más reciente, el Festimar.
Sea este un agradecimiento a todas esas personas que han dedicado su trabajo y esfuerzo al apoyo de la cultura y del talento, quienes ponen su magia en hacer del sueño de un artista, una obra de arte que se presente ante cada espectador. Artista y público merecen ese cuidado y respeto, que recae hoy en manos de un director.
(Tomado de 5 de Septiembre)
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