Rinden merecido tributo jóvenes cienfuegueros.

Los que dieron su vida ¡ordenan! con su ejemplo: mambises, rebeldes, guerrilleros; ahí están Maceo, Martí, Che y muchos más. La historia se repite, con esa tradición de lucha, de sacrificio, vuelven los jóvenes a la manigua a alcanzar las cimas de los ideales más genuinos de la Patria. Che y Maceo no están ni olvidados ni muertos, viven en la juventud cubana.

El 15 de junio, se alzaron las voces para Cuba, y para el mundo. Los jóvenes, sí, los jóvenes, esos “alegres pero profundos”, subieron, con su “adarga al brazo”, iniciativas, cantos, consignas, papel de guerrilla, cual Diario para llevar impreso el comunicado que se leyó; los radioaficionados, escalando montaña, porque “subir lomas hermana hombres”, hicieron que se escucharán decenas de voces: Plaza Martiana, SJM, OPJM, BJM, UJC, miembros de clubes, y una representación de estudiantes extranjeros pertenecientes al Comité de Solidaridad con los 5 (Angola, Guinea Bissau, Sao Tomé y Prícipe, Viet Nam, Haití, Granada, Islas Sheylees y compañeros del ICAP).

Eran 80 corazones que latían en el homenaje de celebración por el 85 cumpleaños del Che y 168 del Titán de Bronce, en el año de los 160 Aniversario del Natalicio de José Martí.  

La llegada fue emocionante, todos sudorosos pero con la dulzura del cansancio por estar en una de las actividades más nobles en estos tiempos, a la manera de los sueños del Che. Se izó la bandera de la estrella solitaria, y ondeó el logo que representa a Plaza Martiana.

Hubo canciones, comunicados, transmisiones por la radio hasta Matanzas, Camagüey, Santi Spíritus, Ciego de Ávila y Villa Clara. Luego se escucharon las voces con toda la fuerza de pechos aguerridos que entonaron las notas gloriosas del Himno de Bayamo, y con la misma fuerza cantaron las felicidades a los dos héroes.  

Se picó el cake, y llegó la gran foto histórica: todos unidos, jóvenes de aquí y de allá; blancos y negros; sin distinción de latitudes ni razas, ni credos. Los continentes unidos como lo soñó el Che en su lucha.

En este significativo homenaje, por primera vez en el mundo, quedó constituido el Club Martiano de radioaficionados de la provincia de Cienfuegos: “Vivencias de Hanábanas”, y fue un regalo de agradecimiento al legado de estos hombres. Somos de esa estirpe, la que nos inculcó y enseñó el Maestro mayor: nuestro Comandante Fidel Castro

A la vuelta del Pico San Juan, nos esperaba Manantiales, donde habíamos dejado las calabazas, boniatos, malangas, plátanos, yucas, ajos, cebollas, ajíes y unas manos generosas se encargaron de elaborar una cubanísima caldosa, que degustamos a la sombra de las majaguas.  

Quizá  no fue el el cake más grande, no lo medimos, pero sí  se reunieron muchos jóvenes, y la cima es la más elevada de Cuba en la región Central. Por tanto, Cienfuegos también se lo tomó en serio. 

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