El Palacio de Valle es una de las construcciones domésticas más destacadas de Cienfuegos. Por sus valores arquitectónicos fue declarada Monumento Local en 1990 y en la actualidad se considera también Monumento Nacional, al estar enclavada en el entorno de la zona residencial de Punta Gorda, la que ostenta tal condición desde el año 2000.
“La edificación tuvo dos momentos constructivos, el primero realizado entre 1893 y 1895 a cuenta del catalán Celestino Cazes Carbonell y el segundo consistente en una ampliación mandada a realizar por el asturiano Acisclo del Valle, concluida totalmente en 1919. […] Fuentes primarias como el Registro de la Propiedad o los Protocolos Notariales refieren que tanto la venta de la quinta como de los terrenos que le rodean fueron comprados por Acisclo del Valle; sin embargo, la revista La Nación Ilustrada publicó en 1909 que la edificación había sido adquirida en propiedad por el caballero D. Alejandro Suero Balbín, quien, a su vez, la regaló a sus señores hijos Dña. Amparo y D. Acisclo. Desde dicha adquisición hasta la fecha, no han cesado de ejecutarse mejoras […] de suerte que ha quedado convertida en un bellísimo y original modelo de fincas de recreo”. ¹
Hoy, a solo cinco meses de cumplir Cienfuegos sus 200 años, la Empresa Caguayo S.A. se encarga de su restauración general con mano de obra proveniente de egresados de esta especialidad en la Escuela de Arte Benny Moré y la Escuela de Oficios de la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCCC), además de carpinteros por cuenta propia de la provincia y de Ciego de Ávila. La inversión la ejecuta la Unidad Básica Inversionista de Cienfuegos, la cual pertenece a la Empresa Inmobiliaria del Turismo, propietaria del inmueble, que destinó el financiamiento a petición del Grupo Hotelero Gran Caribe S.A., la OCCC y el Mintur. Se trabaja para devolverle a esta magnífica edificación su valor patrimonial.
La restauración se está ejecutando sin dejar de brindar servicio a los visitantes nacionales y extranjeros que a diario llegan hasta allí. Habitaciones y pasillos ubicados en el segundo nivel de cada planta han sido los más dañados por la proximidad del mar. La carpintería y yesería son los elementos que el salitre y los fenómenos naturales han deteriorado más, por lo que se ha tenido que recuperar la mayoría de estos y confeccionar los que se perdieron, sobre todo los ventanales y puertas. En terraza y fachada se está reponiendo la herrería y otros detalles arquitectónicos. Se sustituye el sistema eléctrico con cables nuevos para que funcione en todo el edificio, algo que hasta el momento no se había logrado, así como los bajantes pluviales; en una segunda etapa sustituirán las tuberías sanitarias. El trabajo con los vitrales, que es el más atrasado en el proceso, lo harán artesanos artistas de la capital del país. En la actualidad, trabajan en la elaboración de una propuesta para salvar los originales que quedan y crear los que se rompieron. Con el fin de respetar los elementos identitarios del palacio, el grupo de restauradores utiliza materiales de alta calidad, apoyado en los criterios de nuestros arquitectos. De ese modo, recobrará su original encanto exaltado por el estilo ecléctico. Hoy, el conjunto obliga a visitantes foráneos a detenerse y disfrutar de su belleza, a la vez que es escenario de recuerdos significativos en la vida de los cienfuegueros.
1 David L. Martínez Ramos: “Quinta de Cazes, primera etapa del palacio de Valle”. Bitácora de Jagua, No. 4, Año V. OCCC Cienfuegos, Cuba, 2018, p. 6.
Escrito por Carmen Capdevila y Lisley Peña Benavides, Especialistas de la Oficina del Conservador de la Ciudad.
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