Remembranza a Edgardo Martín Cantero

El 6 de octubre es una fecha que lleva al recuerdo de Edgardo Martín Cantero, compositor cubano nacido en Cienfuegos en el año 1915. Posee una extensa obra autoral, entre las que se encuentran piezas escritas para voz y diferentes formatos, coro, ballet, cine, música sinfónica, de cámara, e instrumentos como arpa, piano y guitarra.

Una de las etapas que más definió su creación fue al integrar el grupo de Renovación Musical, que surgió después del prematuro fallecimiento de los compositores Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán. Dirigido por José Ardévol, tenía como objetivo perpetuar una manera de hacer la música de concierto en nuestro país, con una sonoridad e identidad propia.

Además de su desarrollo profesional dentro de la escena cubana, continuó formando a las nuevas generaciones. Se vinculó como pedagogo de asignaturas teórico musicales como historia de la música y análisis musical integral. El soñó con la creación de una Escuela Nacional de Música en Cuba, con sucursales en toda la República. Este proyecto pudo materializarse y cristalizar en Cienfuegos en el año 1962. Gracias a su empeño se creó el conservatorio Manuel Saumell y puso en manos de Mercedes González Cano la responsabilidad de asumir la dirección.

De su fructífera obra como investigador nace el libro, “Panorama histórico de la música cubana”, destinado al conocimiento y salvaguarda del desarrollo musical en nuestro país. Desde las luces de su intelectualidad, señaló la necesidad de incluir un programa que abarcara estudios musicológicos de todas las provincias, hasta una época contemporánea, para ampliar los conocimientos y subrayar lo identitario dentro de la formación cultural integral. Entre la correspondencia cruzada de Edgardo con Alejo Carpentier, compilada por Ricardo Guridi, Martín le comenta a su amigo, con relación al libro La música en Cuba que Carpentier recién terminaba, lo siguiente: “(…) si el autor se atrevió a tratar de los compositores de hoy, hubiera podido describir también el actual movimiento musical de toda la Isla: sus sociedades de conciertos, sus coros, orquestas, etcétera, en todas las ciudades donde hoy se hace música. Hubiéramos tenido entonces un panorama más completo de Cuba musical”.

Posteriormente, en el prólogo de su libro, Edgardo Martín escribió: “Este Panorama histórico de la música en Cuba, intenta poner al día la historia musical de este país con la mayor objetividad posible y partiendo del punto en que, en 1946, la dejó el por muchos conceptos excelente libro de Alejo Carpentier, La música en Cuba. De 1945 a 1968 no solo el desenvolvimiento musical de Cuba ha sido intenso, variado y en algún aspecto explosivo, sino que sobre todo ese período ha visto erguirse y alcanzar una dimensión trascendente (…)”. Termina el citado prólogo con las siguientes afirmaciones: “Mientras exista una estructura que denominamos cultura cubana -por sus rasgos profundos, no por sus fronteras-, que sea algo diferente que cultura mexicana o cultura española, será inescapable que una gran música solo podrá surgir de ella si brota de sus entrañas, como ha sucedido siempre”.

Además de la composición, Edgardo alcanzó reconocimiento como crítico musical. Colaboró en diferentes publicaciones, entre ellas varias revistas, boletines y periódicos. Abogaba por una mayor presencia de la musicología, la musicografía, la crítica, el periodismo y la educación musical en nuestro país. También la necesidad de definir más la cubanidad musical como una integración donde no es posible o dable discernir sus elementos formativos provenientes de distintos sectores de nuestra población.

Escribió las notas al Programa de la Sociedad de Música de Cámara, Sociedad de Conciertos, Instituto Nacional de Música, Orquesta Sinfónica Nacional y la Orquesta de Cámara.

Edgardo Martín falleció en La Habana el 16 de mayo del año 2004, dos décadas nos separan físicamente de su presencia, pero su legado se mantiene vivo, en una obra de gran valía para la cultura musical cubana.
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