Por: Julio Martínez Molina
6 de diciembre del 2008
Con más de treinta exposiciones colectivas, una docena personales, a sus 33 años, Alexander Morales reconoce que “el arte siempre exige una militancia por su compromiso con la sociedad en que se vive”, y que “los artistas se han adelantado al vislumbrar atisbos del mañana, adheridos a un papel activo, modificador y reactivador del pensamiento de cualquier sistema social”.
Por ello, piensa “no debe obviarse nunca la importancia del rol del creador, creo que para nada el arte que se precisa hacer en estos tiempos deberá quedarse inactivo ante lo que acontece; sino por el contrario generar respuestas, al menos sugerencias para vertebrar un pensamiento renovador”.
Fiel con su percepción, este miembro de la UNEAC en Cienfuegos -el más joven de la Asociación de Plástica en su Comité Provincial-, quien acaba de ganar el Salón Mateo Torriente 2008 “para notorio orgullo mío por lo que representa la organización para la cultura cubana y por el nombre de Mateo”, traduce en su sígnica el diálogo de la cotidianidad, escudado en instancias expresivas recurrentes que operan como una excusa o suerte de máscara de representación; verbigracia, el universo bajo la carpa circense.
Alexander se granjeó el máximo honor del certamen con la obra ABC, muestra de lo anterior: “Forma parte de una instalación en proceso aun, que consta de cinco cuadros en acrílico sobre lienzo, los cuales representan unos toros caminando sobre una cuerda floja que se encuentran en un punto: dos vienen en un sentido y tres vienen del otro. A los extremos está construido un objeto, que es la plataforma desde donde salen los equilibristas. En este salón de la UNEAC seleccioné dos de dichos lienzos y los expuse como un díptico”.
Abunda que las piezas se integran a la óptica que ha venido enfocando de un tiempo a esta parte, relacionada con el mundo del circo. “Hace par de años -recuerda- expuse la muestra Subpayaso, que integraba tal núcleo, de igual modo inspirada en similar universo, con un sentido teatral o grotesco, y que comentaba acerca de ciertos asuntos del orden doméstico desde el punto de vista de experiencias personales, siempre en un diálogo con el contexto muy abierto y desenfadado, tratando de oxigenar constantemente la obra”.
Deja una respuesta