Para no dejar morir la historia de las necrópolis del territorio, especialistas de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos (OCCC) trabajan en la digitalización de todos los registros del Cementerio Tomás Acea, incluido el Fondo José Federico Porrúa Taillacq, que contiene valiosos archivos sobre esta edificación.
“La labor es asumida por nuestros restauradores-conservadores, que no solo se dedican a la salvaguarda de los monumentos del arte funerario, sino además, de la papelería, las fotos de época y de los documentos que archivamos para su conservación y uso”, dijo Hilda María Mola Trujillo, museóloga y especialista principal del Grupo Cementerio de la OCCC.
Uno de los registros más importantes corresponde a 1957, año del levantamiento popular armado de la ciudad de Cienfuegos. /Foto: Cortesía de la Oficina del Conservador de la Ciudad
Estas colecciones resultan de gran importancia para historiadores, antropólogos y estudiantes de carreras universitarias afines, razón por la cual se acordó que fueran digitalizadas, especialmente a partir del elevado grado de deterioro que presentaban muchos de los libros. Hoy, toda la documentación concerniente al Cementerio de Reina está procesada, con pormenores sobre las familias fundadoras de la otrora colonia Fernandina de Jagua y de aquellas que contribuyeron a su esplendor.
Mola Trujillo apuntó que en los registros del camposanto Tomás Acea aparecen numerosas referencias a veteranos de guerra y mártires de gestas, antes y después del triunfo de la Revolución cubana. “Uno de los más significativos es el que recoge información sobre los combatientes que cayeron en el levantamiento popular armado del 5 de septiembre de 1957. Este —dijo— fue objeto, previamente, de una restauración en el laboratorio de papel de la Oficina del Conservador”.
La decisión de digitalizar estas colecciones obedeció al elevado deterioro que presentaban muchos de los libros de enterramiento. /Foto: Cortesía de la Oficina del Conservador de la Ciudad
Las causas de muerte más frecuentes, la edad en que fallecían las personas, así como los médicos que certificaban los decesos, son algunos de los detalles que figuran en los libros de enterramiento. También existen notas sobre la venta de lotes y las primeras familias que los adquirieron. El Fondo José Federico Porrúa Taillacq compila, por otra parte, planos, proyectos y bocetos de la mayoría de los panteones notables, elaborados por quien fuera el agrimensor del “Tomás Acea”.
“Durante el actual año —agregó Mola Trujillo— comenzaremos la investigación de la ‘causa bertillón’, para saber de dónde surge y por qué está en varios de los certificados de inhumación que hemos encontrado. Suponemos que guarde algún tipo de vínculo con la actividad forense; será un estudio que aportará datos de interés a la memoria histórica local”.
La museóloga y especialista principal del Grupo Cementerio, de la OCCC, concluyó que la digitalización de estos registros y colecciones es un proceso largo, “lleva su tiempo, muy riguroso, página por página, para no acelerar más los daños que muestran”.
(Tomado de 5 de Septiembre)
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