Este noviembre le fue otorgado el Premio Nacional de Música 2024 a la cantante, compositora, guitarrista, actriz y conductora de espacios de radio y televisión cubana Miriam Ramos Heres; justo cuando también la artista celebra este año el 60 aniversario de su primer recital en la Sala Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.
La carrera de Miriam ha estado siempre acompañada por un repertorio muy bien escogido, depurado hasta el más mínimo detalle, que la hacen merecedora del privilegio de tocar almas, por tener precisamente como premisa la comunicación de un lenguaje sonoro a modo de sentimiento.
Su fidelidad a una estética y ser consecuente con sus principios está en sus palabras:
“Nunca nadie me impuso un repertorio, tenía claro que yo quería trasmitir a las personas lo que me hacía sentir la música y esas canciones específicamente. Por ahí fui decantando cosas, pero esa ha sido a través de estos años, la columna vertebral”.
Odilio Urfé le propuso hacer ese primer recital, en mayo de 1964 y arropó su voz junto al Maestro Frank Emilio para que la acompañara al piano. Desde ese comienzo despertó la admiración de muchos conocedores como Marta Valdés, para quien la joven intérprete asumió, en ese momento, un gran desafío, y Orlando Quiroga, que vio en ella el nacimiento de una estrella y quedó sorprendido por el dominio con que Miriam interpretó el filin, que demostraba su talento. Hasta hoy ella ha sido fiel representante de un selecto repertorio cubano, al cual ha honrado con la claridad de su timbre y lo exquisito de su interpretación.
“(…) El arte no se merece de relleno, la música no permite eso, lo puedes hacer, pero estás condenado”, dijo hace unos años en una entrevista televisiva.
Miriam se ha ganado la admiración y el respeto del gremio cubano, precisamente por su calidad como intérprete y el fino cuidado con que hilvana cada una de sus presentaciones y producciones discográficas. Voces autorizadas como el doctor Eusebio Leal han destacado en ella aspectos como pureza y emoción. Por su parte, Marta Valdés resaltó, además, su estilo sin rebuscamientos, sin desvirtuar las melodías, siempre en virtud de la calidad de su interpretación. Esther Borja la mencionaba entre las personas más sobresalientes en la canción cubana.
Miriam estuvo muy vinculada, desde finales de los 60, a la televisión. Su voz fue de preferencia para directores como Manolo Rifat, Joaquín M. Condall, Amaury Pérez García, Eugenio Pedraza Ginori y contó con los consejos de Germán Pinelli. Estos programas eran asesorados por músicos cubanos de renombre como Adolfo Guzmán, Mario Romeu y Rafel Somavilla, entre otros, formándose, como ha reconocido la propia interprete, entre los mejores. Muchos crecimos con su voz, cuando en 1977 entraba en nuestras casas con la primera Calabacita, con letra de Alberto Falla, música de Mery Córdova y la voz de Miriam Ramos.
A mediados de los 80 nos llegó otra faceta de la artista, esta vez su público la descubre como actriz en la serie televisiva Algo más que soñar. Ya había trabajado anteriormente en el teatro, donde tuvo varios proyectos. Deleitó a oyentes y espectadores con su voz y perfecta dicción en importantes programas radiales y televisivos cubanos. En todos ha demostrado gran capacidad comunicacional, además de su nivel informativo y vasta cultura. Durante una entrevista expresó:
“Creo que hay que tener qué decir, esa es la brújula principal. Primero sientes una necesidad y luego enrumbas eso”.
Ha trabajado la cancionística en su total dimensión, tanto el filin y el bolero como su tránsito por diferentes etapas de la trova cubana, de la que ha sido una excelente conocedora y vivaz defensora también. Cuando se hable de los intérpretes y compositores debe mencionarse a Miriam Ramos. Ella se ha convertido en un referente obligado, principalmente en la obra de nuestras mujeres en la trova cubana; aunque muchos la recuerdan como parte del Movimiento de la Nueva Trova, ha asumido temas que recorren todas las etapas, desde la tradicional.
Miriam ha sido galardonada en múltiples ocasiones durante su carrera. Este nuevo reconocimiento, como Premio Nacional de Música 2024, nos hace reflexionar a todos sobre los valores que tenemos en la cancionística cubana. Cada entrega de Miriam Ramos es de altos valores interpretativos y estéticos. Ella representa una de las voces mejores cultivadas de la canción de nuestro país y su obra debe llegar al conocimiento de las nuevas generaciones. Enhorabuena por este reconocimiento.
Autora: Sandra M. Busto Marín