Memorias singulares de una verdadera cubana

Memorias de una cubanita

 

Memorias de una cubanitaPor: José Díaz Roque.
30 de diciembre del 2010 .

Acabo de leer una vez más el libro Memorias de una cubanita que nació con el siglo, de Renée Méndez Capote (a la venta en la red de librerías de Cienfuegos) y lo he disfrutado tanto como en la primera oportunidad, tal si fuese un libro nuevo. Y siempre será un libro nuevo, porque la autora, a pesar de tratar las primeras décadas del siglo XX en Cuba, lo desarrolla a partir de una visión tan propia y de una manera tan singular, que impiden su obsolescencia.

Renée Méndez Capote nació en La Habana en 1901 y murió en dicha ciudad en 1989. Fue una activa intelectual del siglo pasado cubano y colaboró con múltiples publicaciones periódicas, además de dar a conocer varios títulos que hablan muy bien de su creación literaria. Ensayista, periodista, promotora cultural y narradora, se lució sin imitaciones, con una prosa limpia, tersa, precisa y sugerente en medio de los grandes prosistas cubanos.

Memorias de una cubanita que nació con el siglo es un texto que envuelve por su narración plena y esta nace del “…olor del recuerdo, más poderoso aún que el del sentido…”, como confiesa su autora, quien además se muestra ante el lector con una honestidad que convence. Ingeniosa, divertida y ocurrente, su prosa fluye con dominio de la técnica narrativa y se concreta en un estilo agudo, herencia de la mejor picaresca española, pero donde prima la cubanidad inconfundible a partir de una fuerte personalidad creadora, austera, sibarita.

“Yo nací inmediatamente antes que la República. Yo en noviembre de 1901 y ella en mayo de 1902, pero desde el nacimiento nos diferenciamos: ella nació enmendada y yo nací decidida a no dejarme enmendar”, así comienza la autora sus memorias, y anuncia verdaderamente al lector lo que habrá de seguir leyendo: la historia, dada a través de sus recuerdos, los que se socializan en algunos momentos a través de la mirada penetrante de la destacada memorizadora.

En otra parte del libro, escribe: “Yo quisiera tener una pluma de ganso muy afilada, siempre he pensado que las memorias sólo pueden escribirse bien con pluma de ganso, para poder reproducir la impresión que esos lugares me causaban, el recuerdo que me han dejado”.

Esta es una lectura imprescindible, pues aseguro que Renée Méndez Capote escribió este libro con una pluma de ganso muy afilada.

(*) Escritor cienfueguero.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categories