Levantarse de la tumba y el olvido

Recuerdo caminar por el Bulevar y mirar de reojo hacia adentro. El sonido atraía fuertemente. Dentro, en bella simetría, decenas de agujas bajaban y subían perforando la tela en armonioso compás. Del movimiento de los pedales parecía salir música.

Siempre me llamaron la atención aquellas mujeres que en un espacio tan grande —San Fernando, entre De Clouet y Hourruitiner—, pocas veces levantaban la vista de las máquinas para coser y en muy contadas ocasiones detenían el ritmo cadencioso de su trabajo.

Un día, desaparecieron. El lugar cerró sus puertas de madera, que comenzaron a deteriorarse progresivamente, pareciera que de tristeza. El interior se hizo tan vacío y tan solo, que dentro solo reinó la destrucción. Ahora, al fin, un proyecto que se engloba dentro de las obras a rescatar para el Bicentenario de la ciudad, pondrá fin a las ruinas y, con suerte, hará que el espíritu del lugar se recupere.

Rectorado por la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos (OCCC), dicho proyecto salvará, a partir de su consolidación estructural, un importante espacio con más de nueve metros de altura. Según Carla Iomis Montalvo Zerquera y Patricia Castro Vega, arquitectas de la OCCC al frente de la restauración, la antigua fábrica de camisas “mantendrá su diseño actual, pero sus interiores recibirán el influjo contemporáneo y participativo, basado en una modelación para una expo-feria artesanal que acogerá a múltiples artesanos y sus ofertas manuales.

“El espacio estará compuesto por un gran salón donde se desarrollarán las ventas y exposiciones de la artesanía manufacturada, ambientado con un mobiliario de diseño moderno, que contendrá las piezas a comercializar, logrando uniformidad, dentro de la diversidad de ofertas y servicios. La disposición del moblaje es flexible y aprovechará los altos puntales y la planta libre que brinda el edificio, permitiendo el cambio de la nueva función, según reclaman estos tiempos.

“Existirá también una cafetería que tributará a un área interior donde se colocarán mesas protegidas con toldos tensados —que desea representar lo textil. Contará también con almacén, un área de oficinas y otra de servicios sanitarios”, agregó Carla Montalvo.

Los materiales a emplear son compatibles con el edificio y el entorno. La iluminación, como la ventilación, será natural, aprovechando el patio interior y la amplia fachada. Las divisiones estarán dadas por paneles calados, permitiendo transparencia y comunicación de un espacio a otro. El techo será de tejas de metal rojas, simulando las originales y protegiendo de esta manera las visuales aéreas de la localidad.

La demolición ya está en proceso, a través de una brigada de cuentapropistas dirigida por Daniel Rafael Guerra González y subordinada al proyecto técnico-ejecutivo realizado por la Empresa de Mantenimiento y Construcción.

El rescate de este inmueble, aunque no sea con el mismo uso, le dará vida, limpieza y funcionalidad a ese espacio del Bulevar que estuvo, por mucho tiempo, en la tumba del olvido.

(Tomado de 5 de Septiembre)

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