No hay refugio que abrigue, ni alimento que ayude a crecer, como lo hacen unas buenas páginas. Y este 15 de febrero, Cubadebate acoge en las suyas la concreción de un proyecto construido ̶ desde los sueños y esfuerzos colectivos ̶ para (re)descubrir otras que hablan de la voluntad de un país. Una alianza que tiene por horizonte, precisamente, la creación y la promoción literarias en Cuba: el Espacio Virtual del Libro.
Las voces y manos que se unen a Cubadebate en esta cruzada cultural son: el Instituto Cubano del Libro (ICL) y su Observatorio (OCLL), la editorial Cubaliteraria, junto a los proyectos Cuba Digital y Claustrofobias, Promociones Literarias. Todos con una misma certeza-invitación: Porque #LeerSalva, #QuédateEnCasaLeyendo.
Adentrarse en este viaje, previsto para todo el 2021, supone enfocar en primer plano los caminos transitados ̶ a la vuelta de casi un año ̶ por el libro y quienes lo tienen por desvelo en la nación.
Juan Rodríguez Cabrera, presidente del ICL, accede al desafío y nos ayuda a desandar ese trayecto.
—La COVID-19 ha impuesto una pausa en el mundo, en Cuba y, por tanto, en el calendario de eventos culturales (incluyendo la cancelación de la 30ª Feria Internacional del Libro). Sin embargo, la creación, promoción y desarrollo literarios no se han detenido… ¿Cómo ha vivido el Instituto Cubano del Libro estos 11 meses?
En estos 11 meses el Instituto Cubano del Libro ha contribuido a que no se produzca un apagón literario en las complejas condiciones que ha vivido el país, gracias al trabajo de escritores, promotores, editores, diseñadores, libreros y otros trabajadores del libro y la literatura.
Cuba fue uno de los pocos países en el mundo que en el año 2020 pudo realizar la Feria del Internacional del Libro de forma presencial. La edición 29ª del evento se desarrolló con éxito y masividad del 13 al 23 de febrero; esta vez en el preámbulo mismo de la aparición en territorio nacional de la COVID-19.
En el marco del evento, se realizó por primera vez la transmisión por Streaming Cuba con amplia visibilidad en las redes sociales, alcanzando más de 315 000 internautas y 90 000 reproducciones en 106 países.
Tuvo un positivo impacto la dedicatoria de la Feria a la hermana República Socialista de Vietnam como País Invitado de Honor, en el 60 aniversario de las relaciones diplomáticas, así como a la Dra. Ana Cairo Ballester y a Eugenio Hernández Espinosa.
Se pusieron a disposición del público unos 4 000 títulos y 4 000 000 de ejemplares. Participaron en el evento más de 340 representantes de 42 países.
Tuvieron lugar más de 1 300 acciones literarias y artísticas, 80 conferencias, 50 paneles, 45 premiaciones y homenajes, más de 100 lecturas de poesía y más de 150 presentaciones de libros y revistas; así como decenas de conciertos, exposiciones, puestas en escena y proyecciones cinematográficas.
Sólo en La Cabaña se adquirieron por el público unos 604 056 ejemplares. La asistencia del público al recinto ferial fue de unos 417 619 visitantes, a pesar de las limitaciones objetivas existentes.
Al concluir la Feria Internacional del Libro tradicionalmente se realizaba la extensión de la misma a todas las provincias del país. Con la aparición de la pandemia sólo pudo llegar a seis provincias.
En esta difícil etapa, el Instituto, las direcciones provinciales de Cultura, los Centros Provinciales del Libro y la Literatura y las editoriales han buscado diversas alternativas para la atención diferenciada a los escritores a lo largo del país, propiciando su participación efectiva en las múltiples acciones realizadas para bien de la cultura y la literatura cubanas.
El país está hoy produciendo 556 títulos para garantizar novedades en las librerías en lo que resta del año y también para la 30ª Feria Internacional del Libro que se celebrará en el año 2022.
En el verano se celebró el 20 aniversario de la creación por el Comandante en Jefe del Sistema de Ediciones Territoriales. El país adquirió nuevas máquinas impresoras para cada provincia y el Municipio Especial Isla de la Juventud, así como los insumos necesarios para garantizar la producción.
Se organizaron y desarrollaron las convocatorias y el otorgamiento de los premios Pinos Nuevos, Becas Dador, Premio Internacional de Cuento Julio Cortázar, los premios Guillén y Carpentier, los Premios de la Crítica Literaria y Científico-Técnica, así como los Premios Nacionales de Literatura, Edición y Ciencias Sociales y Humanísticas, con una adecuada promoción por los medios de prensa y las redes sociales.
Cuba participó en cuatro ferias internacionales del libro y otros eventos realizados de forma virtual: del 28 de abril al 18 de mayo de 2020 se desarrolló la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, con La Habana como Ciudad Invitada de Honor. Del 26 al 30 de septiembre tuvo lugar la edición 27 de la de Beijing (BIBF 2020), donde contamos con la condición de País Invitado de Honor.
La Feria de Frankfurt se realizó del 14 al 18 de octubre, estando representados por la Agencia Literaria Latinoamericana con su catálogo de autores. Mientras, del 12 al 21 de noviembre se celebró la de Venezuela (Filven), donde estuvo representado el libro cubano mediante audiovisuales promocionales emitidos por el Instituto Cubano del Libro y Citmatel.
La escritora Nancy Morejón, Premio Nacional de Literatura participó en el Festival Islas; en tanto, las también Premios Nacionales de Literatura Mirta Yáñez y Fina García Marruz lo hicieron en el Primer Encuentro de Escritoras de Venezuela, 2020.
Asimismo, se realizó el homenaje conjunto del ICL y la Biblioteca Nacional José Martí por el Centenario de Eliseo Diego. Fueron creados nuevos y atractivos espacios virtuales como: Invitación a la lectura, Un autor, una frase, un libro, la serie de posts Grandes Poetas Cubanos y El cuento del día, con la colaboración del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso.
Durante el verano se diseñó la campaña promocional de Lecturas Verano por la Vida, con la presentación de 46 cápsulas de varias editoriales.
Se desarrolló el Festival Universitario del Libro y la Literatura, no presencial, realizándose múltiples actividades en el aniversario 98 de la FEU, como parte de la Jornada Leer la Historia, del 9 al 12 de diciembre. Se realizó la actividad principal en el Parque Central y se presentó el libro Audacia Cultural, de Ana Cairo Ballester en la Biblioteca Nacional.
En la Jornada Triunfo de la Revolución, se efectuaron variadas actividades, destacándose dos paneles dedicados a la vida y obra de nuestro Comandante en Jefe con personalidades del sistema del libro que compartieron con él trascendentales momentos de nuestra historia.
El sistema del libro cuenta con 344 establecimientos para la comercialización, de ellos 297 son librerías y 47 puntos de venta, lo que constituye una fortaleza que debemos llevar a un funcionamiento de más calidad. En algunas provincias han desarrollado la venta de libros llevados hasta la casa del solicitante, especialmente en La Habana, Camagüey y Guantánamo.
El Observatorio Cubano del Libro y la Literatura, multiplicó sus esfuerzos en las redes sociales para apoyar las etiquetas #QuédateEnCasa, #QuédateLeyendo #QuédateEnCasaYLee y brindar información actualizada al público interesado.
El Programa Nacional por la Lectura, mantuvo un trabajo de promoción en múltiples espacios: Reto Literario, el que se mantuvo durante todo el verano por la página en Facebook @ObservatoriodelLibro y en Twitter @Observatorio_la.
Se creó la guía literaria Leamos en casa, que ha mantenido su presentación con noticias sobre libros, lectura, librerías, bibliotecas y premios, con salida los miércoles de cada semana.
Igualmente se fortaleció el trabajo con la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, la que se apoyó a su proyecto de promoción lectora con la Biblioteca Nacional de Cuba Mantén a los niños y las niñas cerca de los libros.
Imagen: Lidiana Mauri Álvarez/ Cubadebate.
Se desarrollaron por el Observatorio investigaciones adicionales como: el sector editorial cubano frente a la COVID-19, nuevos modos de hacer promoción del libro en condiciones de la pandemia, cartografía de instituciones culturales vinculadas al libro y la lectura, además de la literatura digital en este escenario.
También, se efectuaron sistemáticamente, en todo el país, donativos de libros por editoriales y Centro Provinciales del Libros y la Literatura a los hospitales y centros de aislamientos, destinados al personal de la salud y pacientes de la COVID 19.
El Centro Cultural Leonor Pérez, ubicado en el Consejo Popular San Isidro multiplicó las actividades con la comunidad de su entorno.
Se fortaleció la presencia del libro cubano en formato digital en el mercado internacional, sumando más de 740 títulos, lo que consideramos insuficiente si lo comparamos con las potencialidades que tenemos. Además se consolidó Cubaliteraria, el portal de la literatura cubana, que cuenta ya con más de 50 000 visitas mensuales.
Igual lo ha hecho el Consejo Asesor del Instituto y despliega ya un trabajo organizado por comisiones.
Los Consejos Editoriales Provinciales se refundaron, presididos todos por los directores y directoras provinciales de Cultura e integrados por las máximas direcciones de la UNEAC, la AHS, la Unión de Historiadores e intelectuales de reconocido prestigio, todo lo que puede aportar cada vez mejores resultados en el trabajo del libro a lo largo del país.
—¿Cómo pretende el Instituto Cubano del Libro continuar llegando a la familia cubana en tan adversa situación epidemiológica, mientras llega la 30ª FIL en 2022?
El Instituto Cubano del Libro, los Centros Provinciales del Libro y la Literatura, las editoriales y sus equipos de trabajo no dejaremos de trabajar para mantener una programación de actividades, que sin ser lo deseado, por las razones epidemiológicas que todavía asolan al mundo, responda en todo lo posible a los intereses de los lectores.
El libro en Cuba, gracias a escritores, editores, promotores, diseñadores y otros muchos actores, durante todo el año continuará llegando de múltiples formas a su destinatario principal, la familia cubana. A ello seguiremos dedicando todos nuestros esfuerzos, más allá de las limitaciones que estos tiempos implican.
Estamos trabajando desde ahora para organizar la edición 30ª de la Feria Internacional del Libro en febrero de 2022.
—En un escenario de confinamiento, la lectura ha supuesto un refugio para muchos, desde el sano esparcimiento en casa; además de una herramienta vital para el estudio a distancia. ¿Cómo se ha preparado el Instituto Cubano del Libro para dar respuesta a los lectores en estas nuevas circunstancias y actuar en consecuencia?
Desde hace años en el Instituto Cubano del Libro se viene abogando por fomentar el trabajo en las redes sociales, la promoción de obras, autores y de la lectura como una vía inestimable de elevar el nivel de la población cubana, que es una población lectora, capacitada, instruida, inteligente y que exige un trabajo de rigor en cuanto a lo que se le brinda.
Desde marzo del año 2020, sin embargo, con el reto que significó enfrentar la COVID-19 el ICL, sus instituciones y editoriales adjuntas y otras tantas que se sumaron a este esfuerzo, idearon una serie de estrategias novedosas para llevar los espacios físicos a las redes sociales.
El uso del streaming, de la televisión con nuevos espacios como Invitación a la lectura donde destacados intelectuales exhortan a adentrarse en obras significativas de la literatura cubana y universal, ha sido muy importante para estos tiempos. La presencia de escritores recomendando obras clásicas y contemporáneas en breves, pero sustanciosas cápsulas, ha sido otro aporte en la era de la COVID-19, situación que nos ha hecho repensar todo lo que hacíamos y crecernos en iniciativa y rigor para trabajar con los recursos imprescindibles.
Esta forma de actuar va dejando una huella en el modo de familiarizarnos con el libro, ya que, una de las manifestaciones culturales más seguidas y valoradas por muchos es el hábito de leer.
—Sobre la actual alianza a muchas manos que ha hecho posible el Espacio Virtual del Libro en Cubadebate, ¿qué expectativas tiene la institución que usted preside? ¿Impacto que se proyecta, públicos a alcanzar, diversidad de propuestas?
Este espacio lo consideramos como una idea admirable, un proyecto a desarrollar, no solo como un paliativo al presente, sino con una visión prospectiva y que permite una reconversión de las visiones tradicionales que se tienen, a veces, de la lectura y la promoción de la literatura.
Leer no debe ser solo atributo de grupos, élites o sectores más o menos cultos; es un derecho y una riqueza de la que pueden disponer todos los ciudadanos, si de veras desean ampliar, no solo su universo cultural, sino humano. Leer no es solo superarnos, adquirir conocimientos, vencer etapas; es mucho más; elevarnos hacia metas superiores del intelecto y el sentimiento, es volcarnos a la página impresa o digital de manera desprejuiciada y creativa. Nos permite conocer de la historia, del patrimonio y de múltiples asuntos que rodean nuestra existencia; son razones que justifican plenamente abrir este y otros espacios.
Esta acción específica, pero a la vez abarcadora por sus objetivos y público meta, la apreciamos, no solo como un mero sitio para promover libros o autores, sino como un portal hacia dimensiones más amplias, de mayor alcance. Hoy por hoy está más que aceptado que se lee de muchas maneras y por derroteros antes impensables.
Nos guían por siempre las ideas y los principios de dos grandes de nuestra historia, del presente y del futuro, quienes también fueron muy especiales lectores: José Martí y Fidel Castro.
—En un intento de diagnóstico cultural, ¿cómo valora la salud de la creación, la promoción y el consumo literarios en Cuba?
Estos tres procesos están indisolublemente vinculados y su desenvolvimiento debe constituir la mayor prioridad de las instituciones que promueven la creación literaria. Es un deber permanente de la institución acompañar a nuestros escritores y atender sus genuinas aspiraciones y necesidades. Ellos son la génesis de toda la actividad literaria que atendemos y promovemos. Existen editoriales, librerías, bibliotecas, centros promotores, porque antes hay creadores.
Si la institución desconoce esto, se produce una primera fractura. Pese a los avances que se registran en muchos lugares o espacios, todavía no sentimos plena satisfacción con lo realizado. Tenemos que multiplicar las acciones, dentro y fuera de Cuba, para que se conozcan más en el mundo los autores, sus obras y nuestra realidad.
Tenemos que seguir estudiando y conociendo mejor a los públicos para los que trabajamos: su formación, sus apetencias, sus necesidades. También esos conocimientos deben servirnos para contribuir cada vez más a la formación de grandes masas lectoras interesadas en lo mejor y más formador de la producción literaria nacional y universal de todos los tiempos. Por esa razón tenemos que continuar estimulando las mediciones, los sondeos, la búsqueda de información. A este tema, también hay que aplicarle la ciencia, para evitar la improvisación y la pérdida de tiempo.
No es menos importante recordar el esfuerzo extraordinario que hace hoy la dirección de la Revolución para que los creadores, a pesar de todas las limitaciones económicas que vive el mundo y a las que Cuba no es ajena, continúen recibiendo el respaldo posible en estas complejas circunstancias.
(Tomado de Cubadebate)
Deja una respuesta