Pese a que, como desafortunadamente sucede con parte de la mejor música cubana e internacional, la suya no se escuche demasiado en la radio y mucho menos en la televisión, el cienfueguero Ariel Barreiro es uno de esos trovadores nacionales cuya obra precisa concitar la atención de las nuevas generaciones, como de todo tipo de receptores, sin distinción de edad.
El creador de Niña lo merece por la terneza de su voz poética y física, en razón del lirismo y la contundencia literaria de textos que, en buena medida, constituyen una bellísima oda al amor y su fuerza inconmensurable.
Su primer disco en solitario, Medio lento (Egrem, 2008), el cual recoge parte de su trabajo más conocido (aunque antes hizo A guitarra limpia, junto a Yunior Navarrete), es un compendio de la obra de este creador nacido en Aguada de Pasajeros, quien no obstante acudir a presentaciones en la capital y a lo largo de la Isla no abandona el entorno de ese municipio cienfueguero.
Una canción para Frida y Diego (2008) y Una canción para Miguel (2009), concursos auspiciados por el Centro Pablo, resultan algunos de los lauros granjeados por el cantautor. En virtud del segundo de dichos premios, lo invitaron a España, en ocasión del centenario del poeta Miguel Hernández.
También ha intervenido en eventos en Bolivia, Argentina, Colombia y Venezuela, entre otros países.
Este antiguo relojero comenzó a componer hará unos 30 años (en 2021 cumplirá sus 50), en el trance del Período Especial; y quizá el mismo marco espacial provocaría las desgarraduras explícitas en su cuerpo autoral prologar, más abocado en la actualidad hacia la parcela romántica, aunque sin desenfocar nunca el tema social que también lo ha acompañado desde entonces y ahora.
El sello Reina del Mar Editores, Ariel mediante, le entrega al lector el más bienvenido de los obsequios: un libro cargado de la espiritualidad, el sentimiento y la convicción de los textos musicales de este cantautor. Entre el lirio y la espada, el cual la casa de la Asociación Hermanos Saíz presentará en la próxima Feria del Libro, recoge un grupo representativo de composiciones del miembro de la Uneac.
Las 22 piezas recopiladas en el cancionero (aunque lo sea preferiría denominarlo poemario, porque son a la vez, más que todo, textos poéticos) permiten una mirada transversal al cuerpo poético-musical-literario de Barreiro. Resultan, en algunos casos, letras transidas de un pesar por las ausencias, fugas, pérdidas, lamentos (Aguada fin de siglo, Al niño, Parque, Allá se va); en otros imágenes grávidas de ternura o pasión amatoria (Ámame, Porque alguna vez, Despreocúpate muchacha, Frida, Intentándolo, Cruzando los dedos); lírica filosófica (Un hombre)…
El volumen de 65 páginas fue corregido por el poeta Ian Rodríguez Pérez y contó con el diseño de interior de Reynaldo Aquiles Duret y el de cubierta de Camilo Villalvilla. Las ilustraciones y retrato dibujado del autor le corresponden a Adrián Rumbaut. Que estos dos artistas visuales hayan intervenido aquí explica el donaire formal de la tapa y contratapa del libro.
Entre el lirio y la espada traspasa el umbral de un nuevo segmento temático en el sello literario de la AHS, Reina del Mar Editores, que, tras 20 años de continua e intensa labor, se reinventa y sugiere al lector propuestas como estas. Que la obra de Ariel Barreiro fuese escogida para abrir dicho pórtico habla de la significación, merecida, que la joven intelectualidad le concede a este creador. Ojalá la publicación y promoción nacional del ejemplar literario contribuya a propulsar la necesaria visibilidad que a él todavía le deben nuestros medios de comunicación.
(Tomado de 5 de Septiembre)
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