A sus 19 años, Yenrry Reyes Santana obtuvo el Gran Premio del Salón Mateo Torriente de la UNEAC, además del lauro entregado por la UPEC, mediante la obra En donde el camino, dejando su huella, entregó la vida entera. Tanto el tema como la pericia técnica de dicho emplazamiento instalativo sedujeron al jurado.
El joven creador, oriundo de Palmira (Cienfuegos) y graduado de la Escuela de Arte Benny Moré este mismo año, representó, por conducto de recursos instalativos, el rol de la familia en la formación ética de la personalidad desde un punto de vista autorreferencial, según afirma en entrevista con CINCO de Septiembre digital.
Entre los objetivos de Yenrry figuraban visualizar, merced al retrato a gran escala, la relevancia de la llamada célula básica como institución social, a partir de la experiencia individual; así como expresar —a partir de la radiografía y los textos incorporados—, la necesidad del reconocimiento al papel de los abuelos en la transmisión generacional de virtudes.
“Cuando tenía cinco años mi papá falleció; entonces mi familia más cercana (mi mamá, mis abuelos y mi tío) se las arregló para que yo no sufriera todo cuanto suponía dicha falta. Han sido la fuerza que me ha impulsado a seguir adelante.
“De ellos —con destaque particular para mis abuelos— provinieron muchos de los consejos para establecer mi camino y cimentar un proyecto de vida anclado en nociones de ética, honradez, compromiso, amor, respeto: los valores que deben, creo yo, continuar prevaleciendo en esa gran familia que es la sociedad cubana, aunque se estén resquebrajando de forma lastimosa”.
Yenrry asegura inspirarse en sus inquietudes como nieto “a fin de plantear una problemática social: el poco reconocimiento a los abuelos, soportes imprescindibles en los hogares.
“En donde el camino, dejando su huella, entregó la vida entera constituye singular expresión plástica que reproduce, a gran escala, dos negatoscopios: instrumento médico utilizado para la observación de las radiografías, en ocasiones imprescindibles para la búsqueda de fenómenos internos del organismo y/o método de diagnóstico”, explica.
Encima de cada uno de estos objetos aparecen colocados los retratos de los abuelos del autor, bajo la técnica de punta seca, de las más antiguas del grabado. Él emplea, en tanto soporte, el propio papel radiográfico; e intenta que sus intrínsecas características apoyen conceptual y formalmente la expresión del mensaje visual.
El emplazamiento de la obra queda proyectado para un espacio con poca iluminación, en pos de conferir la sensación de estancia dentro de una habitación de rayos X. Así el espectador se familiariza más con el discurso propuesto y la estética de la pintura barroca, apunta el joven.
Yenrry recién comienza su andadura artística, lo reconoce; y un premio de significación nacional como el Mateo Torriente de la UNEAC le supone un temprano reconocimiento que nunca será conformación, sino punto de partida para crear, estudiar e indagar cada vez más. De eso está convencido, sostiene.
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