La Picúa sigue en sus 13: valoraciones de un juez y parte

Salon de humor la picua-cfg

Salon de humor la picua-cfgPor: Antonio E. González Rojas.
24  de enero de 2012.

El Salón de Humor Gráfico e Historieta La Picúa, convocado por la UPEC, la AHS, la Editora CINCO de Septiembre y el Museo Provincial, para promover y jerarquizar el quehacer gráfico de nuestra ínsula sureña, puede catalogarse como estimable y decorosa recompensa para el loable esfuerzo de sus organizadores por recualificar el evento, como summun anual de todas las dinámicas creativas locales relacionadas con el trazo mordaz.



Son suficientes estos calificativos para justificar la existencia de cualquier bienintencionada iniciativa. Pero que a trece años de existencia, el certamen aún acuse insipiencia, moderación y hasta alarmante raquitismo, invalida por completo la suficiencia de los adjetivos mencionados.

A una década (+3) de existencia, el Salón recibe en 2012 una magra concurrencia, entre la que sobresalen como salvadores jalones, las obras de consolidados creadores como Fabián, Ández, el trinitario Ramsés, Peña, los más clásico Chispa y Gaby, delatando la ausencia de Villafaña, Vito, Acebo, Montos (los dos últimos, miembros del grupo Potaje Gráfico), Carrazana, Carlos Varens, y otros ocasionales participantes, cuyos rigores estéticos y conceptuales validarían la muestra, aguzando la confrontación y dificultarían contundentemente las labores de los jurados de admisión y premiación, los cuales he tenido el honor de integrar varias veces, incluida esta edición. El veredicto final estuvo además, a cargo de los humoristas Carlos Alejandro Falcó (Falco), quien presidió la comisión, y Osvaldo Gutiérrez (Osval).

Tras el substancial descarte sucedido en el proceso de admisión, dándose al traste con muestras completas, de inmaduros e ingenuos aspirantes, cuyos discursos en ciernes necesitan remontar arduo sendero hasta la suficiencia, la autenticidad y hasta la propia “gracia”, las 25 obras sobrevivientes articulan un conjunto de pronunciadas irregularidades, donde descollan los sólidos estilos de Ández (cuya serie Maneras de Pensar alcanzó Mención Especial en la categoría de Humor Político), Ramsés (Mención en igual apartado, con la pieza Obstáculo), el trazo casi abrupto de Peña (contundente Premio en el Humor Político), cuya aspereza corresponde a la acritud de su agudo discurso sobre ingentes facetas de la contemporaneidad sociopolítica cubana, para un saludable redimensionamiento del común panfletarismo al que ha sido reducido este tipo de humor.

La línea coherente, de tintes filosóficos y rigores plásticos, defendida por Fabián (Mención en Humor General para la serie Ideotas), coadyuva también a paliar los estilos más convencionales del Chispa (premiadas en el apartado de Humor General sus dos obras expuestas), Gaby (quien obtuvo Mención por sus caricaturas personales, protagonistas solitarias de la categoría) y el debutante Migue, quien, como autor en formación, debe repensar por completo su propuesta, un tanto ajada y reiterativa, para ser los primeros pasos de un humorista del siglo XXI. El ALBA de su quehacer se asemeja peligrosamente a un crepúsculo. A fin de cuentas, el Salón se mantiene en unos trece que no le permiten experimentar el rotundo salto cualitativo que lo haga trascender el anquilosamiento como evento de complaciente y provinciano bajo perfil.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categories