La despedida que nunca hicimos.

La despedida que nunca hicimos.

Por: José Díaz Roque.
21  de marzo de 2011.

Parece que lo importante también, a veces, se va en silencio, casi inadvertido. Y es que cuando a eso que nace de las entrañas se suman la sencillez y la modestia, generalmente sucede.



Olga de la Caridad Hernández Guevara  murió el pasado domingo 13 de marzo, en horas de la madrugada, en su casa. Había nacido en esta ciudad el 19 de octubre de 1923. De los 88 años que vivió varias décadas fueron consagradas, en su quehacer laborioso, a la educación y la cultura. Recorrer su vida es tratar de abarcar un largo trecho de la historia cienfueguera.

Luego de cursar  los grados de la enseñanza general y media en nuestra ciudad, matriculó en la Universidad de la Habana, donde se gradúo de Doctora en Filosofía y Letras en 1947 y, posteriormente en 1961 recibió el título de Bibliotecología.

Regresa a Cienfuegos y luego de desempeñar algunos trabajos y continuar estudios más específicos y prácticos, comienza como  profesora y más tarde como directora de la Academia “Enrique José Varona”, junto a su hermana, la Doctora en Pedagogía Victoria Hernández Guevara, también profesora de esa Academia. Esta escuela perteneció a su tío Juan Clay Guevara, destacado pedagogo, destacado pedagogo e integrante del primer grupo “Ariel”  , fundado en 1931. Luego en 1953, participaría al lado de él en la reanimación del segundo grupo “Ariel”, secundados por un grupo de intelectuales.

En 1959, Olga Hernández desempeño diferentes trabajos  en el Ministerio de Educación hasta ser nombrada Directora del Pre – Universitario de esta ciudad, además fungió como coordinadora de  zona en la Campaña de Alfabetización.

Posteriormente comienza a trabajar en la Dirección Provincial de Cultura en la antigua provincia de Las Villas, como coordinadora provincial de bibliotecas públicas etapa en que organizó y fundó varias bibliotecas en la región central del país e integró la Comisión Nacional de Bibliotecas, cuya dirección estaba en manos de la Dra. María Teresa Freyre de Andrade, quien  además estaba al frente de la Biblioteca Nacional José Martí. Entre esas bibliotecas fundadas se encuentra la biblioteca “Roberto García Valdés”, de la cual Olga fue su primera directora.

En 1976, aprobada la división político administrativa, la designan para integrar la Dirección Provincial de Cultura, como Jefa del Departamento de Educación, el cual atendía las bibliotecas públicas, la enseñanza artística y la superación, antes se desempeñó como como responsable de literatura en la nueva provincia. En este último cargo se jubiló en 1986, aunque continuó trabajando para la historia y la cultura cienfuegueras, como memorialista de muchas de sus acciones, y como Presidenta de la Asociación Cubana de Bibliotecarios y luego de la de la Sociedad Cubana Amigos del Libro, además en la Unión de Historiadores de Cuba y en la sociedad Cultural José Martí.

Pero, quien fue Olga Hernández Guevara, además de ser una personalidad de la Bibliotecología y la cultura de nuestro país.

La vie en rose, cantada en francés; excepción de mujer en el estudio, continuadora de la mejor tradición educacional y cultural cubana, aferrada a la cienfuegueridad, al rechazar varias veces trabajos importantes en la capital; escritora, poetisa y compositora; promotora cultural de alto vuelo y elegancia; visión profunda en el quehacer cultural; esposa ejemplar y excelente madre, a pesar de no haber podido engendrar, y buena hija; heroica cotidiana, inteligente y buena; sincera y auténtica comunista; útil trabajadora intelectual, sonrisa bondadosa, optimista e incluso ingenua, presumidilla con el toque distintivo de lo eterno femenino, arreglandose siempre la blusa y el pelo; Luna Cienfueguera cantada en espanol.

Cuando entramos el domingo corriendo a la funeraria, vi la cantidad de medallas solitarias frente a su féretro y se agolparon un montón de recuerdos de ella: de su vida consagrada, de su obra imperecedera; pero por sobre todo, invadía mi mente su risa abarcadora, serena, suave.

Y así se fue y así se quedó la Dra. Olga Hernández Guevara.


 

 

 

 

 

 


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