Por: Raúl P Cotarelo.
21 de enero de 2012.
En recordación del colega Julio García Luis, eminente periodista fallecido el pasado 12 de enero, publicamos esta entrevista a él realizada durante su última visita a Cienfuegos.“El alma del hombre, como el cielo en el agua del mar, se refleja en su obra”.José Martí.
De maestro normalista a reflexivo editorialista en el diario Granma. Nuestro entrevistado es un gran conocedor de los caminos que conducen al periodismo nacional.
Su formación como educador en Sagua La Grande, al norte de la provincia de Villa Clara, le aportó los instrumentos necesarios para transitar por el difícil uso de la connotación, de lo explícito, del análisis agudo; como un convencido profesional de la palabra, hoy Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida.
¿Cómo fueron sus inicios en el Periodismo?
“De mi labor en educación en los años 60 pasé al trabajo en el Partido y allí pues me coincidió con unos problemas de la llamada microfracción, que hubo en la segunda mitad de esa década. Tal circunstancia propició mi traslado para el periódico Granma, que se fundó en el ’65 y yo empecé en el ’67.
“No era periodista de profesión, allí fui adquiriendo las habilidades en el ejercicio diario. Laboré muchos años en Granma; era el editorialista del mismo. Aprendí a trabajar la crónica, el reportaje, introduciéndome en este mundo hasta hoy, sin haber pasado la escuela. El oficio en muchos sentidos se puede adquirir por la vía empírica, es la tradición. En Cuba nadie estudiaba Periodismo en épocas pasadas, no se concebía como estudio. Hoy se reconoce que es una carrera con todos los requisitos y requiere una formación teórica. Pero una persona con una base cultural, puede adquirir las habilidades de la profesión, sin otra cosa que el ejercicio”.
¿En cuáles otros medios ha incursionado?
“Durante una etapa fui presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), siete años exactamente, y estuve en el periódico Trabajadores otros cinco años.
“Granma y Trabajadores, han sido los dos medios donde yo he estado la mayor parte del tiempo. Aunque también he colaborado con otras publicaciones, en la radio y la TV.
“Por ejemplo, en esta última tenía un espacio junto con mi colega Renato Recio, que se llamaba Temas. Cada semana hacíamos un análisis, una discusión de algún tópico de actualidad nacional, en los comienzos del Período Especial, que había muchas cuestiones para discutir. Hicimos ese programa durante más de tres años.
“Después pasé a la Universidad de La Habana -que han sido estos últimos trece años-, como decano y profesor en la Facultad de Comunicación. Es el vínculo más cercano, la experiencia de formación de los nuevos periodistas”.
¿Cuánto ha podido aportarle el Periodismo como profesión a Julio García Luis?
“Esta es una profesión que se hace con todo o no se hace. Lo que más yo he aprendido es eso. En el Periodismo tienes que poner toda tu pasión, experiencia, conocimiento, compromiso. Hay que sentirlo orgánicamente; porque de otra manera es como el músico: te sale en una nota falsa. Es lo que me deja esta profesión.
“Ya me jubilé; ahora estoy pensando si puedo o debo volver a hacer algo de Periodismo, a esta altura. Tengo un buen recuerdo de mi trabajo en la prensa. Muchas cosas ya no las escribiría como las escribí en aquella época. Hay otras formas, otros estilos, otros requerimientos de acercarse a los problemas. Es una profesión bonita y de las más completas que existen. Muy agradecida y que te devuelve mucho de la gente. Por ejemplo, una Sección como la que mantiene José Alejandro Rodríguez en Juventud Rebelde (Acuse de Recibo), lo que eso significa, es apenas un pedacito en el periódico y cuánto significa eso, cuánta esperanza y cuánta ética. Cuando la gente ve que un problema -similar al suyo-, está siendo atendido de esa forma y hay alguien que echa rodilla en tierra por aquel problema. Eso repercute en decenas de miles de familias. Es una inyección de fuerza, de moral a la gente”.
Hay que combatir por todos los medios el empobrecimiento de lenguaje y de estilo que tiene hoy nuestra prensa
¿Es una de las virtudes de esta profesión?
“El periodismo posee un efecto multiplicador. Muchas veces se ha querido ver en él un mecanismo utilitario, a veces para resolver problemas personales. Su gran papel es lo que significa, una especie de caja de resonancia de la conciencia social, de las cosas que están bullendo; presentes en el diario, en el quehacer.
“Si el Periodismo carece de eso, es algo divorciado de la realidad. No tiene ningún efecto. Si lo tiene no necesita hacer grandes cosas -el ejemplo de José Alejandro Rodríguez-, si acercamos esos espacios, esas formas de conectarnos con la realidad, podemos tener un impacto enorme y positivo en la conciencia de la gente y en el pensamiento de la sociedad”.
¿A nuestra prensa le está haciendo falta ese tipo de debate, de polémica?
“Es lo que más falta le hace. Porque el temor a los errores o a las cosas que se pudieran cometer en la prensa, ha frenado el extraer de ella todas las grandes posibilidades, las grandes potencialidades que puede dar.
“A veces por temor nos cohibimos y la prensa deja de jugar un papel, deja de latir junto con la gente, de tener resonancia de las cosas que preocupan. Y entonces, la agenda de la prensa se convierte en una agenda divorciada de la sociedad. Son dos agendas y debe ser una sola: La de la sociedad tiene que ser la agenda de la prensa; no hay otro camino”.
¿Qué valor usted aprecia en eventos nacionales, que potencian los géneros del periodismo, como el de la Crónica en la ciudad de Cienfuegos?
“El valor que tienen es que se enfrentan a un fenómeno que estamos padeciendo desde hace tiempo, como cierta burocratización del lenguaje, rigidez, esquematismo y pobreza de cualquier tipo, una especie de traslación del lenguaje oficinesco; este más oficial. El Periodismo tiene que hablar con su propio lenguaje. Es preciso combatir el empobrecimiento de lenguaje y de estilo de nuestra prensa de hoy”.
Por su acercamiento al magisterio: ¿Cuál es su opinión acerca de las nuevas generaciones en formación -tanto de Periodismo como de Comunicación Social- y qué recomendaría a esos jóvenes?
“Soy muy parcial con eso. Muchos han sido mis alumnos y los conozco a casi todos por sus nombres, estoy muy vinculado a ellos, quizás no vea sus limitaciones con suficiente claridad; veo más las virtudes.
“Esta generación que se está formando ahora, posee una gran potencialidad, no solo en conocimiento. Yo trataba de medirme -cuando tenía la edad de algunos de ellos-, en cuanto a cultura, en las lecturas, en las cosas que definen la profundidad de las personas y estoy claro de que ellos tienen una ventaja muy grande con la generación nuestra, disponen de mayor bagaje cultural. Pero también una mayor dosis de pesimismo, menos arranque e ímpetu en algunos aspectos, porque estamos viviendo otro momento. Un momento complicado, difícil y eso repercute en todo absolutamente.
“Esa generación de jóvenes que está hoy entrando a los medios de prensa, tiene un enorme potencial. Ellos están y se estarán formando todavía durante mucho tiempo. Estuvimos en años pasados quienes los ayudamos a formar en su etapa básica, pero ahora en esta etapa necesitan personas que los formen, ejemplos sólidos al lado de ellos, necesitan exigencia. Es necesario que esos muchachos no se malogren, no se desanimen, para que sean una fuerza de cambio y de renovación en la prensa”.
(*) Comunicador social y colaborador del periódico CINCO de Septiembre.
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