Por: Yansulier Garrcía Álvarez.
9 de noviembre de 2011.
Su complejo abstraccionismo y figuraciones resultan de la simple geometría y el color esencial, se trata de un retorno a la madre tierra o viaje a la semilla; en tiempos de computadoras y otras tecnologías, una reconciliación entre arte y naturaleza.
“Hay una comunión personal muy íntima entre la tierra, el color, las formas”, comenta Juan Jorge Díaz Rivera, artista de la plástica mexicano. “Lo que las personas van a ver aquí es la voz de mi pueblo.”
Imaginativo y laborioso, Díaz Rivera, experimentado diseñador y profesor de la Universidad Autónoma de Chapingo, explora los universos del arte simbolista prehispánico y la pintura africana, territorios ancestrales heredados que reinventa.
“O sea, yo no pinto”, aclara. “Soy guiado por un dios, por un espíritu chamánico, por un ente, por gente que me transmite, desde el más allá, todo esto. Mi arte es mágico.”
Tierra, piedras, semillas, madera, fibras, papel amate… Materiales colectados aquí y allá, sensible y sabiamente combinados por medio de una técnica mixta, conforman la geografía de su creación, deidades, floras y faunas.
Expuesta ya en Europa y América Latina, Santiago de Cuba y Villa Clara, hasta el próximo 30 de noviembre permanecerá abierta al público en Cienfuegos la muestra “Territorios Heredados”.
De tal suerte, la Galería “Mateo Torriente” de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en esta provincia, propicia un acercamiento a las eternas energías de la muerte, el amor, la fertilidad, el origen de la vida.
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