Por: Hortensia Toledo Cruz.
19 de septiembre de 2011.
Ubicado en las márgenes de la bahía de Jagua, el Museo Histórico Naval de Cienfuegos, único de su tipo en Cuba, amplia cada vez más el espectro socializador de la institución fundada en 1980.
Luego de los trabajos de mantenimiento y restauración realizados a propósito del Cinco de Septiembre, abren sus puertas con el curso escolar, a los estudiantes de los diferentes niveles de enseñanza.
Por su valor histórico se distinguen entre sus veintiséis salas las dedicadas a la memoria del levantamiento popular de 1957, que tuvo en el lugar –otrora Distrito Naval del Sur- uno de sus escenarios principales.
Recibieron los beneficios de la restauración varias de las piezas asociadas a los sucesos revolucionarios, entre las que se incluyen armas utilizadas por los combatientes, documentación y uniformes de sus participantes.
También fue rehabilitada por el artista que la creo Manuel Díaz Ceballo, la maqueta que detalla los movimiento tácticos militares acontecidos en Cayo Loco.
Por la época de la conquista y colonización nos echamos a la mar de la memoria en un recorrido histórico durante el cual podremos adentrarnos también, en el conocimiento de las actividades náuticas, pesqueras, comerciales y portuarias cubanas.
Coherente a su perfil, la última de las salas se abrió el pasado año, respondiendo a un proyecto de trabajo con el Instituto Panamericano de Ingeniería Naval, organización no gubernamental con la cual colaboran.
“Estamos todo el tiempo socializando el conocimiento -explica la museóloga Laritset Aguilar- lo hacemos de maneras diversas: las exposiciones permanentes por ejemplo, las colecciones atesoradas por la institución exhibidas de manera transitoria, y los préstamos de otros Museos que también mostramos”.
Una de las maneras de dar a conocer esos valores patrimoniales es a través de las visitas que el Museo programa a las escuelas, para ello se tienen en cuenta todos los niveles de enseñanza, desde la primaria hasta la universidad.
En este sentido lo que cambia entonces es el discurso -continúa explicando la joven museóloga- porque una misma pieza tiene varias lecturas, es ahí donde juega un importante papel la diferenciación de los públicos, a quienes va dirigida la información.
“Es preciso tener en cuanta las edades, porque para un niño no puedes trabajar de la misma manera que lo haces para un adolescente o una persona adulta, necesariamente cambia entonces es el discurso, no la pieza que se socializa.
Visitas dirigidas, círculos de interés, conferencias, exposiciones, así como la promoción de concursos y simposios, son algunas de las modalidades socializadoras.
Los talleres de creación y apreciación, son impartidos para niños desde la enseñanza primaria hasta los dos primeros años del nivel medio elemental, con la intención de educarlos en el sentido de pertenencia por nuestros valores culturales.
A partir del noveno grado hasta la enseñanza superior se propicia el debate y la reflexión, creando una consciencia referida al cuidado y conservación del patrimonio.
Estrechos vínculos de trabajo con las instituciones culturales del territorio mantiene el Museo Naval que cada año auspicia el “Salón del Mar”, a propósito de la Jornada de la Cultura cienfueguera.
Como resultado del concurso, existe un espacio permanente donde se aprecia una muestra de arte contemporáneo, en la que destacan importantes artistas de la plástica en el territorio.
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