Algunos bailarines ejecutaron las piezas por vez primera en un escenario con declive, propio de clásicas construcciones: el Teatro Tomás Terry tiene ya 123 años y para el inicio de la Oncena Temporada de la Danza en este coliseo se reservó al Ballet Nacional de Cuba.
“Esta vez nos presentamos con un programa variado; traemos coreografías de Alicia Alonso como Umbral, un homenaje de ella a uno de sus maestros; también está Preciosa y el aire, basada en un poema homónimo de Federico García Lorca y otras coreografías del festival que realizamos en La Habana durante los meses de verano”, precisó Consuelo Domínguez, Maître de la Compañía.
Las coreografías Yo, Tú, Él, Ella; Retrato y Me asfixia son estrenos en esta ciudad. A las novedades se suman las presentaciones de Manu Navarro, primera bailarina del Ballet de Panamá y Luca Giaccio, primer bailarín del Teatro de la Ópera de Roma, quienes interpretan escenas del segundo acto de Giselle.
“Yo me entrené de forma rusa y ahora venir a bailar el estilo cubano ha sido para mí un estilo totalmente diferente, pero encantadora; tienen un estilo específico para cada ballet: Don Quijote es de cierta manera, Giselle es de otra, entonces son muy exigentes en cuanto a la cabeza, los brazos y todos esos movimientos”, comentó Manu.
Con la interpretación de este ballet recuerdan el aniversario de 70 del debut de Alicia Alonso.
Sin abandonar la tradición romántica, la compañía impulsa contemporáneos trabajos coreográficos, a la vez que incluye jóvenes figuras dispuestas a defender el patrimonio danzario de nuestro país. (Tomado de Perlavisión)
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