Por: Marleidy Muñoz Fleites…
22 de septiembre de 2011.
Aspectos como diversidad cultural y natural, historia y cultura son rasgos que definen la dimensión y excepcionalidad del patrimonio de una nación. Cuba por sus particularidades geomorfológicas, clima y posición geográfica por una parte y su cultura nutrida por un proceso de transculturación de medio milenio fueron el caldo de cultivo para el florecimiento de un legado cultural relevante.
La inscripción de un sitio en la Lista del Patrimonio Mundial es motivo de orgullo para los estados partes de la Unesco. La tiene 9 sitios con valías universales, siendo el país con más lugares culturales y naturales en el Caribe y uno de los más representados de América Latina.
En 1982 fue declarada La Habana Vieja y su sistema de fortificaciones coloniales. Seis años después Trinidad y el Valle de los Ingenios se incluían en la lista mundial. El Castillo de San Pedro de la Roca del Morro, de Santiago de Cuba clasificó en 1997.
El paisaje del Valle de Viñales, en el occidente del país también resalta desde 1999. En el mismo año el Parque Nacional Desembarco del Granma se titula.
En tanto, el Paisaje Arqueológico de las primeras plantaciones de café del suroriente de Cuba conforma el sexto sitio en sumarse, ya para el año 2000. Otro Parque Nacional el Alejandro de Humboldt también se reconoce el año siguiente.
A mediados de la década, el Centro Histórico cienfueguero se válida internacionalmente por el comité de patrimonio mundial. Concluye hasta la actualidad la lista cubana en el 2008 con la integración del Centro Histórico de Camaguey.
La gestión del patrimonio cultural en Cuba es uno de los procesos pilares de la política del estado. A su vez la implementación de esta estrategia requiere de un fundamento cívico sustentado en la identidad y sentido de pertenencia de todos los cubanos. Lo cual hasta el momento se ha asumido con gran responsabilidad, ya que el país no cuenta con sitios en la Lista en Peligro.
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