Vitrales, columnas, cúpulas y otros signos arquitectónicos se incorporan a la anatomía de gallos surreales. El desafío fue asumido por el pintor cienfueguero Enrique Richard López, cuya indiscutible madurez estética coincide con su estrecho dialogo con este animal, que ha devenido su suerte de alter ego.
“El gallo para mí es un símbolo con el cual yo expreso mis sentimientos, las ideas, tiene mucha plasticidad, favorece el tratamiento del color. Representa la cubanía, el amor, la familia, el cuidado de sus territorio”, refirió Enrique Richard López, creador autodidacta, que suma con esta diez exposiciones personales. Además el artista ha participado en cerca de cincuenta y cinco colectivas.
A través de un homenaje muy íntimo a su ciudad natal, se conjugan las piezas, se ofrece por vez primera la bienvenida al público y canta el gallo para despertar a la única urbe del continente fundada en el siglo XIX, cuyo Centro histórico es Patrimonio del Mundo.
“Mayormente empleó los elementos de la arquitectura, los colores cálidos, la fuerza del rojo y el azul, la simbiosis entre los iconos de mi ciudad y diversas las expresiones de los gallos”, señalo el artista.
Formas biológicas y urbanas se conjugan en la muestra, recién inaugurada en la Galería Boulevard. En la apertura participaron además los conocidos cronistas de la ciudad, los hermanos Novo, a quienes junto al artista de la plástica Frank Iraola se les rindió homenaje en los festejos por el décimo aniversario de la declaratoria del Centro Histórico Urbano de la Perla del sur, como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
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