Fernando Ortiz de la A a la Z

La Fundación Fernando Ortiz acaba de poner en circulación un libro de suma utilidad para la difusión del pensamiento seminal de uno de los pilares de la cultura cubana. Fernando Ortiz: acercamientos a su obra ofrece un amplísimo abanico de registros de la palabra del sabio en su afán de descifrar las claves de nuestra identidad y nuestro justo lugar en el mundo.

La editorial de la Fundación, presidida por el poeta y etnólogo Miguel Barnet, encomendó la tarea de Salomón Susi Sarfati, investigador con experiencia en este tipo de proyecto muy cercano a lo que se ha dado en llamar breviario –como sinónimo de resumen o compendio de ideas fundamentales sobre un asunto, una especialidad o una personalidad intelectual- y que guardan analogía con las guías de uso farmacológico denominadas vademécum.

Así el libro recorre definiciones, juicios y disquisiciones que a lo largo de su extensa y extraordinaria producción legó Don Fernando acerca de temas relacionados con la cultura, la historia, la antropología, la psicología social, la música, la educación y la idiosincrasia de nuestro pueblo.

Si bien no abarca, como sugerimos en el título de esta nota, toda la escala del alfabeto, al menos desde la A –desde lo que pensó sobre los abogados y la absorción imperialista- hasta la Y –donde da cuenta del perfil del pueblo yolofe, originario de lo que hoy conocemos por Senegal- han quedado registrados más de mil pronunciamientos orticianos ordenados en más de 500 entradas.

Una empresa de esta naturaleza presenta, obviamente, limitaciones tales como el desligamiento de los contextos en que se dijo om escribió tal o cual cosa, y el carácter sesgado de la exposición que impide rastrear el evolución del pensamiento del autor y la autosuperación –como ejemplarmente lo demostró el sabio- de prejuicios y visiones reduccionistas. Para comprender a plenitud la enorme hazaña fundacional de Don Fernando hay necesariamente que acudir fuentes directas.

Pero un libro como este ayuda a desbrozar caminos al poner al alcance del lector perfiles de una obra que este debe descubrir en la medida que avance de la cita fragmentaria a la totalidad.

El hombre que pensó a Cuba y su cultura como nadie lo había hecho hasta él, el hombre que nos enseñó que Cuba sin África nunca estaría completa, el hombre que afirmó que entre nosotros, “más que en otros países, defender la cultura es salvar la libertad”, debe ser más leído y estudiado, más asimilado que referenciado, mucho más integrado a nuestro imaginario y modo de actuar.
(Tomado de Granma)

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