Por: Julio Martínez Molina
3 de marzo del 2009
La Feria Internacional del Libro en Cienfuegos dejó un saldo favorable desde los planos cultural, humano y económico. Éxito rotundo en afluencia de público, atrajo a miles de personas hacia un acontecimiento que deberá marcar provechosas huellas en la salud espiritual de los coterráneos; y de modo especial actuará como antídoto para las nuevas generaciones contra el influjo nocivo de la pseudocultura promovida por los testaferros acríticos del mercado, aquí y allá.
Las palmas para todos quienes tuvieron que ver en la articulación completa de un hecho cultural sin precedentes, en específico para directivos y personal general del Centro Provincial del Libro y del Centro de Promoción Literaria Florentino Morales, así como para el sistema institucional de la Cultura en pleno, la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), la Asociación Hermanos Saíz (ASH), Partido, Gobierno, Unión de Jóvenes Comunistas…
Hay que apreciar su beneficio, sobre todo, en el contexto sobre el cual andamos en el planeta en el instante que cruza a nuestro paso.
No está de plácemes el mercado editorial en el planeta durante estos meses de expansión de la crisis económica, cuando casi todo va en picada en el giro, excepción hecha la producción fílmica de evasión hollywoodina, apenas resentida por los tiempos justo a causa de dicho carácter.
Mientras en Cienfuegos transcurría la Feria, tan saludable como siempre, críticos literarios, comentaristas culturales y reporteros nos recordaban, en medios de todo el mundo, como las reestructuraciones están a la orden del día en los seis megagrupos editoriales de las corporaciones del entretenimiento controladoras de la producción del discurso hegemónico.
El escritor y periodista español Manuel Rodríguez Rivero, consigna en su más reciente columna de Babelia -suplemento literario del diario El País- “que tras lo que los directivos de la cadena librera Barnes and Noble han calificado como peor año en ventas de la historia editorial, en Random House (Bertelsmann), Simon and Schuster (CBS) o Harper Collins (Viacom, propiedad del virrey Murdoch) reducen gastos y expulsan su gente”.
De esos miles de títulos promovidos al año por las anteriores y otras editoriales pese a la crisis, buena parte son best-sellers de valor ínfimo, cual apuntaba el investigador y crítico Alfredo Grimaldos (autor de La CIA en España) en reciente entrevista concedida a La Jiribilla.
Deja una respuesta