El escritor cubano Edmundo Desnoes, autor de la novela Memorias del subdesarrollo y coguionista del filme homónimo dirigido por Tomás Gutiérrez Alea, falleció el pasado martes en Nueva York a los 93 años de edad.
Además de la narración que dio pie a una de las mejores películas cubanas de todos los tiempos, Desnoes publicó la colección de cuentos Todo está en el fuego (1952) y las novelas No hay problema (1961) y El cataclismo (1965). Las artes visuales figuraron entre sus intereses como lo prueban los ensayos Lam: azul y negro (1963), Punto de vista (1967) y Para verte mejor, América Latina, este último a modo de presentación de la obra del eminente fotógrafo italiano Paolo Gasparini. La compilación Los dispositivos de la flor (1981), que pretendió reunir en un solo cuerpo visiones encontradas de la literatura postrevolucionaria, generó rechazo en sectores de la ultraderecha radicada en EE. UU.
Formado en colegios estadounidenses y radicado en Venezuela en los años 50, regresó a Cuba tras el triunfo de enero, donde integró el equipo del magazín Lunes de Revolución y fue fichado por Alejo Carpentier para trabajar en la Imprenta Nacional de Cuba. En 1979 se instaló definitivamente en Nueva York.
Su logro mayor fue sin dudas Memorias del subdesarrollo (1965), monólogo de un burgués atrapado por las radicales transformaciones que tuvieron lugar en la Cuba en esa etapa. Tres años después, Gutiérrez Alea, contando con la colaboración de Desnoes, concibió una narración fílmica de notable agudeza, protagonizada por Sergio Corrieri.
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