Por: Claudia Martínez Bueno.
20 de enero del 2011.
Nunca desaparecerá el espíritu de William Shakespeare, mientras existan esos personajes que le reclamen el destino de una tragedia eterna. Sobre esta línea versa el reciente estreno de la obra “Shakespeare en confesión” que por vez primera se presentó en el escenario del coliseo Tomás Terry de Cienfuegos, por el grupo Velas Teatro, bajo la dirección de Javier Fernández Jure.
¿En que texto está inspirada la puesta?
El guión de esta obra es original de Ricardo Muñoz Caravaca, al cual le he añadido distintas versiones porque el autor me dio la libertad, debido al vínculo estrecho que poseemos, es decir somos como un equipo de trabajo, casi todos sus textos forman parte de nuestro repertorio.
Las modificaciones están en función de la puesta en escena y del discurso escénico que se remite a aquellas tragedias más conocidas por el público como Macbeth, Otelo y Desdémona, Romeo y Julieta y Hamlet.
¿Qué propósito desempeñan las luces?
Las luces cumplen con toda la intención de crear una atmósfera que por su densidad pueda evocar el mundo espiritual, y a los fantasmas invocados por el personaje de Lucrecia. Una vez convocados los personajes de Shakespeare, comienza el reclamo y la condena por el hecho de haberlos dejado en situaciones extremas. Las luces tienen ese propósito lograr las tinieblas, las sombras, y las pasiones oscuras.
¿Por que razón se escoge el papel como elemento principal en la escenografía?
El papel tiene el propósito de sugerir los libros, las obras, los poemas, las tragedias de Shakespeare. Estos libros viejos, desencuadernados constituyen el polvo del tiempo pero a la vez la escritura del poeta inglés.
¿Por vez primera se presentan en el teatro Tomás Terry?
Es la primera vez que la obra se presenta en el mayor coliseo de la provincia porque inicialmente estaba concebida únicamente para nuestra sede el teatro A Cuesta. Nos apropiamos de las características de la arquitectura, sacándole el mayor partido.
La obra tiene que empezar a vivir fuera de su espacio original y comenzar a moverla. Un buen reto fue encontrarnos aquí en el escenario del Terry. Suprimimos una cantidad de elementos escenográficos de la composición original de la obra, pero en aras de probar nuevas experiencias asumimos este desafío.
¿Cuándo se estrenó esta obra?
El 22 de enero del 2010 en el aniversario de la sala A Cuesta y en homenaje al día del teatro cubano. Indistintamente se presentó en otras ocasiones pero cada puesta constituye una nueva experiencia porque sufre muchos cambios.
Varían los roles, los personajes desaparecen y se renuevan las relaciones de las historias de ellos mismos según el enlace que pueda existir entre una tragedia y otra. Y casi siempre cuando la presentamos tiene nuevos elementos, es como reestrenar la obra.
¿Cuáles fueron los señalamientos que le hicieron a esta obra durante el pasado Encuentro de La Crítica Teatral?
Fue muy válido porque los críticos, como Norge Espinosa, hicieron una serie de indicaciones que de hecho estamos trabajando en función de ello, y la presentación en el Terry tenía como objetivo ir cumpliendo algunas de esas exigencias. Los mayores propósitos consistían en precisar más, a partir de la historia de los personajes, la intencionalidad que tenían cada una de las acciones y dibujar más algunos de estos personajes para hacerlos más evidentes en el transcurso de la obra y fuera del momento núcleo de acción que les tocaba representar.
El Encuentro de la Crítica además de una retroalimentación para el grupo, permitió el reconocimiento especial de los Premios Villanueva 2010. Esta constituye la distinción más alta que pueda alcanzar cualquiera agrupación teatral del país, porque es el premio más importante que otorga la crítica especializada.
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