El filme producido en el 2008 por Cha Cha Cha Films (Compañía productora creada por Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro) y Canana Films (Productora de Gael García Bernal y Diego Luna) alcanzó unos 374 mil dólares y superó a las películas más taquilleras del año como “La Misma Luna” y “Arráncame la Vida”. En México esta película batió récord en taquilla, superando a otros títulos de importancia como “Amores Perros”.
La película mexicana gira en torno a dos hermanos, Beto (Diego Luna), quien quiere ser futbolista, y Toto (Bernal), cantante de música norteña. Ambos desean llevar a cabo sus mayores deseos para conquistar una mejor economía. Sin embargo, la rivalidad los lleva a enfrentar sus propios demonios, sus limitaciones y los pone a prueba.
Dos talentos del séptimo arte latinoamericano Gael García Bernal y Diego Luna se reúnen en la pantalla chica y logran una química evidente desde el principio y a lo largo de la película donde ofrecen mayor vida y un brillo único a dos personajes tan comunes como unos plantadores de plátanos.
En esta ocasión el actor García Bernal brinda a los cinéfilos sus ya habituales y artísticos desnudos y el sexo casi explícito. En la cinta es literalmente “abusado” por sus amigos, practicando sexo oral, porque el protagonista tiene cierto don de “cantante” y siempre lo practicaba en las duchas.
La fuerza de la película reside en la diversidad de los hermanos Beto (áspero, duro y decidido) y Toto (modesto, curioso e ingenuo); cómo uno abraza la fama y todas sus oportunidades, mientras que el otro es incapaz de dejar atrás sus hábitos imprudentes.
La proposición que ofrece este fin de semana el cine -teatro Luisa posee mucho de realismo y más bien poco de ficción al poner al descubierto el oscuro “mundillo” del fútbol corrupto y hermoso al mismo tiempo.
El largometraje muestra una problemática presente en el matíz cómico con el que se quiso vender este producto, perdiendo de esta manera mucha credibilidad e interés. No obstante el buen manejo del ritmo, de la cámara y la música, su segundo mayor atractivo, y la actuación salvan a la película del fracaso rotundo.
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