Restos humanos fueron hallados recientemente en la capilla de la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, de Cienfuegos. El descubrimiento aconteció durante la última etapa de la restauración del baluarte, convertido en museo desde 1989.
La actual rehabilitación, iniciada en 2009, devolvió la seguridad al puente, rehabilitó muros, cubiertas, balcones, instalaciones y la gran parte de los pisos; y en cada etapa aparecieron nuevos vestigios: pipas, proyectiles, sillares.
Sin embargo, ninguno tan prominente como el que ocurrió recientemente en la capilla: restos humanos.
Para Daniel Rodríguez, obrero de la Brigada 21, de la Empresa de Obras Ingenieras (ECOING 6), fue impresionante, cuando levantaba las losas deterioradas: “Lo primero que hallé fue una vértebra y dije son restos humanos y de ahí para allá… partículas de huesitos”.
Pero, ¿por qué fragmentados, carentes de féretro u ornamentos?
La MsC. Marisol Otero, Directora del Museo confirma que no se encontraron “ni restos de vestimentas ni botón, nada de eso se halló; porque presumiblemente en excavaciones no oficiales anteriores, se volvió a echar para el sitio los restos desordenadamente”.
“La fortaleza estuvo abandona durante 20 años, confirma Lenier González, Conservador Fortaleza, y esto provocó el deterioro, el saqueo de toda la instalación, buscar oro era un hobby y una leyenda entre la población de “El Castillo”; según se decía; después de la “Toma de La Habana por los Ingleses” se guardaron aquí caudales de ciudadanos de la capital y esto motivó la búsqueda de oro en el piso y en otros locales del primer nivel, muchos excavaran y encontraron esqueletos”.
El 5 de febrero de 1899, 25 hombres se marchan para siempre de la Fortaleza, últimas tropas españolas en salir de Cuba después de 4 siglos de colonización. Después vino el abandono.
Hacia la década del 20 del pasado siglo, sobresalen algunos intentos de rescate cienfuegueros amantes del patrimonio; se convierte en propiedad de la marina durante la República, pero nada más.
Hasta que el afán aventurero del pintor local Wayacón, quien dijo haber descubierto algunos cadáveres, atrajo la atención. Asumió la encomienda de la Academia de Ciencias de Cuba, el arqueólogo trinitario Rankin Santander, quien al explorar los fosos comenzó a develar los tesoros del fortín. Aunque ya para entonces los restos humanos habían sido removidos.
“Oficialmente que en 1973 que excavó en los fosos Rankin, afirma la directora del museo. En esa ocasión se hallaron piezas que están en nuestras colecciones: piedras de chispa, proyectiles, y todo está documentado, pero entonces el arqueólogo tampoco halló esqueletos de forma completa”.
“No tenemos idea de quienes son estas personas. Se sabe que la alta jerarquía de la Iglesia y oficiales, ciudadanos con cierto estatus eran enterradas en las iglesias, era la práctica de la época antes del surgimiento de los cementerios; pero los libros de enterramientos no sabemos si existieron alguna vez, no se conservaron”, agrega Marisol Otero.
Se presume que los restos pertenezcan a personas sepultadas luego de la terminación de la fortaleza, construida entre 1733 y 1745.
“Este pedazo de piso data de la primera restauración de la década del 20 del pasado siglo, asevera el Conservador Fortaleza de Jagua, y lo encontramos partido por debajo de las losas de barro actuales”. Otra muestra muestras del saqueo es una fracción del fresco original.
Informados los Consejos Provincial y Nacional de Patrimonio, los especialistas pidieron a la Comisión Nacional de Monumentos para aprovechar el tiempo que aún resta a la restauración y realizar una excavación en la capilla.
“Daríamos finalmente luz sobre los enterramientos en la capilla del fuerte.
Sería el primer examen científico y de forma documentada sobre los enterramientos”. Entretanto, se preservó el sitio y la colecta superficial.
Tal vez, al concluir la restauración a finales de 2013, se haya enriquecido la historia que 268 años después de construida para custodiar la entrada de la bahía, aún oculta tras sus muros la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua.
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