Por: Luis Esteban Ramirez.
26 de febrero del 2011.
La Roseta de Cienfuegos, una de las más importantes distinciones que se otorgan en el ámbito cultural de Cienfuegos, fue entregada hoy en el marco de las actividades de la XX Feria Internacional del Libro, a la poeta Irelia Pérez Morales, quien ha sido galardonada en diversos certámenes nacionales e internacionales, entre los que figura el prestigioso Cucalambé, por su decimario Cicatrices.
Irelia, quien cultiva la poesía y en especial la décima, se mostró muy emocionada al recibir el galardón que dijo no esperar.
Sobre la décima, refirió a la prensa que la cultivo desde niña, pues mi origen es campesino. Durante años, en el ejercicio del magisterio la décima surgía para actos políticos, matutinos, etcétera. Nací en Camajuaní, provincia de Villaclara; viví varios años en Matanzas y luego vine para acá, donde llevo ya varios años residiendo y considero que fue en Cienfuegos, apoyada por personas conocedoras del género, que comienzo a escribir, entre otras cosas literatura para niños, pero sin dudas donde me siento cómoda es en la décima. Y es un reto escribirlas aquí, donde se cultiva mucho. En ellas prefiero los temas sociales, lo que puede ser a veces muy irreverente, que toco sin pudor ni miedo, aspectos que a todos nos duelen. ¿Poesía de amor? Muy poca.
Esta mujer, que pese a los reconocimientos recibidos dice no considerarse una escritora, y que afirma que será siempre en primer término pedagoga, profesión que ha ejercido durante más de treinta años, confiesa que su dedicación a la enseñanza le absorbe mucho tiempo, tanto que apenas le alcanza para escribir.
Sobre la narrativa para adultos dijo que ha tratado de incursionar en ella sobre todo en el cuento breve. Es algo a lo que no me atrevo completamente aún –expresa–, pues no llevo muchos años escribiendo “en serio”; pero pienso que sí, que más adelante escribiré narrativa porque soy muy fabuladora; la narrativa me gusta mucho y la consumo mucho.
Irelia hace un alto en la conversación, reflexiona unos instantes y finalmente afirma: ¡Mi sueño es escribir un día una novela!, y aunque me parece un reto enorme, me siento optimista.
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