Por: Enma Sofía Morales
13 de febrero del 2005
La escena cubana ganó nuevos lauros con la entrega anoche de los premios Terry en el II Festival del Monólogo Cubano, que desde el martes último dotó a la ciudad de Cienfuegos de una programación de excelencia.
Los reconocimientos coincidieron con la celebración del aniversario 115 del teatro Tomás Terry, decano de los coliseos en la Perla del Sur y promotor de la segunda edición de esta cita de las artes escénicas a la cual aportaron casi una decena de agrupaciones de varias provincias.
Esta vez la mejor puesta en escena recayó en El bosque blanco del deseo, de Vi-Tal Teatro, de Ciudad de La Habana, también reconocida por la UNEAC, en tanto fueron otorgados premios de actuación femenina a Yaquelín Rosales y Montse Duany, mientras que los de actuación masculina y al mejor texto de un autor vivo, quedaron desiertos.
La gala que cerró este suceso de las artes escénicas resultó propicia para rendir homenaje al Premio Nacional de Teatro, Eugenio Hernández Espinosa, uno de los dramaturgos contemporáneos cubanos más relevantes, con la puesta Emelina Cundiamor, galardonada en el primer Festival del Monólogo, de la cual Montse Duany hace una verdadera creación.
Por segundo año el Consejo de las Artes Escénicas en este territorio hizo entrega del Premio Provincial de Teatro, con el que galardonaron al actor del Centro Dramático de Cienfuegos Juan Artonio Marín y a Enrique Poblet, director del grupo teatral para niños y jóvenes Cañabrava.
Durante cinco jornadas los perlasureños disfrutaron del encuentro que sienta plaza en esta urbe como una opción de fuerza dentro del ámbito cultural.
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