Elpidio Valdés cumple años, pero no envejece.

Fue en febrero de 1970, durante su estancia en San Petersburgo, que Juan Padrón (Jovellanos, 1947- La Habana, 2020) vio surgir, casi de forma impensada, la figura de un mambí entre los bocetos que, para el cómic del samurái Kashibashi, dibujaba por aquel tiempo. Nacía así, como personaje secundario, Elpidio Valdés.

Cautivado ante la simpatía del joven insurrecto, su creador decidió darle vida independiente haciéndolo protagonista de la historieta “Elpidio Valdés contra los ninjas”, cuyo escenario era, como el de la anterior, la llamada Tierra del Sol Naciente.

Ya de regreso en Cuba, en agosto del mismo año, en las páginas del Semanario Pionero aparece, tal y como lo conocemos hoy, el valiente patriota que posteriormente pasó a las de la revista Zunzún, donde sus aventuras se publicaron mensualmente durante los años 80.

De forma paralela, Padrón estuvo realizando sus series de cortometrajes animados, los cuales se extendieron, casi de forma ininterrumpida hasta 2003, concluyendo de forma definitiva en 2015 con el episodio titulado “Elpidio Valdés ordena una misión especial”.

Cuando en febrero de 1979, en el por entonces abarcador circuito de salas cinematográficas existente en la capital, se produjo el estreno del largometraje animado “Elpidio Valdés”, el mítico héroe lograba cerrar de manera exitosa el recorrido mediático y de soportes iniciado casi una década atrás.

Sumamente cálida fue la acogida que brindó el público al que también fue el primer largometraje producido por los Estudios de Animación del ICAIC, llegando a superar en términos de taquilla a todas las películas de ficción estrenadas aquí ese año, con más de un millón de espectadores a lo largo del país.

En sus 70 minutos de duración, la cinta en cuestión, consolidó al personaje que se nos había presentado de forma fragmentada en los cortos precedentes, mostrándonoslo desde su nacimiento; durante el bautismo de fuego en la manigua mambisa; ante la pérdida del padre caído en combate; deslumbrado frente al que será el amor de su vida, María Silvia, y ganando con gran arrojo los primeros grados militares.

La maestría de Juan Padrón como guionista, su cubanísimo sentido del humor y excelente dominio del lenguaje cinematográfico, lograron hacer de Elpidio Valdés un clásico del animado nacional que continuó subyugando por igual a públicos de todas las edades en los largometrajes que le sucedieron: “Elpidio Valdés contra Dólar y Cañón” (1983) y “Más se perdió en Cuba” (1995).

Fruto además de una dedicada investigación por parte de su creador, de forma amena la saga del valiente mambí ha introducido a incontables espectadores en importantes pasajes de nuestra historia, dotándonos de un héroe de ficción que logra vencer al tiempo.

Como uno de los íconos de la cultura cubana es considerado Elpidio Valdés, síntesis del patriotismo y de lo mejor del carácter de quienes habitamos esta parte del planeta.

Es, sin dudas también, la obra cumbre del caricaturista, diseñador, ilustrador, historietista, guionista y realizador de dibujos animados que fue Juan Padrón, Premio Nacional de Cine, Premio Nacional de Humorismo y uno de los artistas nuestros que más ha contribuido a la formación de valores en las nuevas generaciones.
Autora: ADALYS PÉREZ SUÁREZ

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