Ellos izaron las “Velas” del “Teatro”

Ellos izaron las “Velas” del “Teatro”

Por: Lisandra Marene.
19  de abril de 2012.

Incluso sobre el granito tan desandado, en medio de la Linda Ciudad del Mar, “Velas Teatro” ancla fuerte los presupuestos ideo-estéticos que, cual brújula, le guían. Cinco años después de zarpar, se conoce de una “carta de navegación” capaz de mantenerles a salvo, en escena, y con rumbo seguro.



Ciertos mimos visten los trajes del diarismo insular. Marchan en la noche, uno detrás del otro, hacia la jornada siguiente. ¡O quizás la anterior, y la actual! Sus rostros delimitan las preocupaciones/añoranzas de muchos. Sus manos, sostienen y a la vez desgarran duro objetos a imagen y semejanza de tantas: un “cartón” de huevos que no llegan a 24; aquel papelito con desaparecidos cupones; nuestra olla “Reina” a punto de falla, cuando se le precisa para cocinar las hojas de la Libreta de Abastecimiento; la añeja coladera de tela en el “exprimir” de costumbristas aromas…

Y justo frente al público, junto al público, queda un fotograma del performance de la vida. ¡Otra suerte de recontextualización! Visible por qué al decir de Javier Fernández Jure, quien desde todo buen principio asumió hace un lustro la dirección artística y dramatúrgica, el grupo hinchó velas “a favor de las mejores tradiciones (…), sin desdeñar el valor de la vanguardia y las particulares formas de expresión del teatro contemporáneo”.
En virtud de ello, “Velas Teatro” destaca.

DE ADENTRO HACIA FUERA

Pluralidad y alto nivel de elaboración se advierte en un repertorio activo compuesto por cerca de siete piezas. A El dulceamargo de las vaginas, el elenco ha añadido La noche del Pez LunaPremio de Actuación Masculina en el concurso provincial de teatroArquímedes Pous” (2010)-, El otoño del cerdo Antonio, Shakespeare en Confesión -reconocida en los Premios “Villanueva” de la Crítica (2010)-, La afrenta… Se remite a textos de Oscar Wilde, Eve Essen, Marguerite Yourcenar, Ricardo Muñoz, Jesús David Curbelo

Fernández Jure insiste respecto a cuánto les ha aportado la investigación a la hora de concebir las obras. Sobre la base de paradigmas tenidos bien en mira, explica asimismo el perfil renovador.

La actriz Adnaloy Pérez Aramillo, cuyas interpretaciones le han convertido en merecedora del sustantivo “profesionalidad” y el adjetivo “sólida”, declara: “Pretendemos que cada propuesta sea diferente, en dependencia del camino por el cual nos conduce el director y cuanto descubrimos poco a poco con sus estímulos (…) Sí, la estética de las puestas cambia. Según creo, nuestra línea remite entonces a la indagación constante para, a partir de uno mismo, crear esa poética teatral propia: imágenes sugerentes”.

Pero, ¿y la madurez…? Se experimenta -concluyen varios. Al asumir con habilidad otros lenguajes y gestualidades, para narrar historias con sustento en tópicos generadores.

Revela Pablo Carrillo Santana: “Profundizamos en un teatro donde yo, por ejemplo, me pueda sentir viviendo las circunstancias que se le dan a la gente. ¡No en aquel dirigido a un especialista o al que solo pretende juzgar con lápiz y papel! Estamos abriéndonos paso a nuevas prácticas, nociones. Es como hacer realidad en las tablas varios déjà vu“.

¿De tal modo logran el buen resultado colectivo, desde la individualidad?

“Hay muchas escuelas -continúa el actor. Cada quien tiene su modo de prepararse, de ver hasta dónde llevar el personaje (…) Trazas una meta, y lo buscas en el proceso de trabajo. Llegas a puertos y se te abren puertas. ¡Claro, sin dar protagonismo al ego individual, con total libertad de alma y corazón, después de quitarte la cáscara! Se trata de fluir, similar al agua”.

Al fin precede en coherencia un rito diario. “Comienza con el entrenamiento individual, de aproximadamente 45 minutos. Incluye la improvisación, exploración al interior del cuerpo, la voz, las emociones… El grupal lo hemos basado durante los últimos tiempos en el Tai Chi -no porque se le considere el non plus ultra de la búsqueda de la energía, sino porque contiene códigos por utilizar en la trilogía con inicio en La Salvación, continuidad en La mentira y cierre entre La desesperación. Así procedemos con todo montaje. Le sigue el comienzo de los ensayos, ¡y acontece el estreno!” -cuenta Adnaloy.

Para Jorge Luis Mora Quintana, demás factores convergen: “La idea del director con este proyecto incluyó el cumplimiento de diversas funciones, asociadas a la tramoya, asistencia de dirección, utilería, diseño de luces, escenografía, vestuario, etcétera. ¡Primordial movernos en cualquier ámbito! No solo conocemos acerca de la concepción básica a partir del trabajo de mesa, también desde la ejecución (…) Eso ubica; da el incentivo requerido. Al dominar hasta el mínimo detalle, te resulta más fácil entregarte en la cadena de acciones (…) Adquiere gran significación no encasillarse (…) Somos actores y hacemos otras tantas cosas”.

DE AFUERA HACIA ADENTRO

Se abren los telones y… ¡Exorcizante! “Siento que cuando estoy ahí me desprendo de los fantasmas que me puedan acosar -confiesa la actriz. Y llega cuán sincero puedes ser en escena. Mientras el actor lo viva, con intensidad, el receptor lo sentirá igual y hará suyo el mensaje“.

Resulta posible advertir el impacto. La proyección subsiste de acuerdo con necesidades vitales. El espectador advierte por sí mismo la responsabilidad ante la creación. Entonces reclama ser partícipe. Se deja llevar entre representaciones que traspasan un sitio habitual: la Sala “A Cuestas”, para ascender y ocupar los espacios cotidianos del ciudadano común.

Sin embargo, Mora Quintana estima que de posibles insatisfacciones suelen deslindarse retos: “Primero -enfatiza- alcanzar una concurrencia mayor de público. Y mantenernos, con base en la unidad y cohesión de los miembros, como uno de los colectivos a la vanguardia dentro de las artes escénicas a nivel nacional”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Categories