27 de octubre del 2010
El 13 de mayo de 1951, en esa ciudad del centro sur de la isla se promovió una prueba en circuito cerrado, patrocinada por la empresa Unión Radio Televisión y su sagaz presidente, Gaspar Pumarejo. La URTV recién había lanzado al aire la primera señal de la televisión comercial en nuestro país, el 24 de octubre de 1950.
La Perla del Sur fue el segundo punto de una gira organizada por Unión Radio en la antigua provincia de Las Villas, que incluyó además a las localidades de Ranchuelo, Cruces y Santa Clara.
Además de mostrar públicamente la nueva tecnología, el objetivo de tales presentaciones era buscar financiamiento para la expansión del medio en todo el país. A tal efecto se realizó una emisión de bonos por valor de tres millones de pesos.
El espectáculo se organizó en la sociedad Liceo de Cienfuegos, ubicada frente al Paseo del Prado, en uno de los lugares más céntricos de la urbe.
En el interior del local se instalaron cinco tele receptores y otros ocho quedaron dispuestos a intervalos, en un tramo de doscientos metros a lo largo de los portales que se extendían fuera del edificio. Los equipos estaban a su vez conectados a una cabina de control a la que tributaban dos cámaras, emplazadas en el salón de bailes de la institución.
El primer programa televisado en Cienfuegos se inició con unas palabras de Antonio Mirete, locutor de la emisora CMHJ. A Luis Rodríguez Cepero, secretario del Liceo, correspondió después agradecer como anfitrión la presencia de la comitiva de URTV y la selección del inmueble para aquella experiencia, sin duda histórica.
Tocó luego el turno a Pumarejo. El presidente de Unión Radio Televisión habló durante 45 minutos y no escatimó detalles. Se refirió a las características de la empresa creada y dirigida por él, a los planes de expandirla y a sus gestiones para crear la primera cadena cubana de televisión. Definió la demostración que tenía lugar como parte de una ofensiva para llevar la novedad tecnológica fuera de La Habana y aseguró que Las Villas sería la primera provincia en disfrutar de ese privilegio. Antes de concluir, instó a comprar los bonos emitidos para financiar la consolidación del sistema y propiciar la introducción de la televisión en colores.
Acto seguido se dio a conocer los nombres de quienes ya habían adquirido algunos bonos y se distribuyó propaganda impresa sobre los propósitos expuestos.
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