Recuerdo que fue el término Cosmogonía el que nos unió, en aquellos tiempos en los que ya grandes, asistimos juntos a la Universidad, se trataba de una clase de Literatura Latinoamericana, y la profesora redundaba sobre el término Cosmogonía, cuando cayó un avioncito de papel en mi mesa, y era el Piñe, Jorge Luis Piñeiro Morejón, que quería saber qué significaba la palabreja de marras, desde entonces, y cada vez que nos encontrabamos en la calle o en los pasillos de RCM, la cosmogonía nos juntaba, al tratar de explicarnos el orígen del universo.
Excelente condiscípulo y mejor amigo, en aquellos años conocí a un ser humano entero, siempre unido en las causas justas y preocupado por nuestros conocidos comunes del medio. Un excelente realizador de la Radio en Cienfuegos. Que si alguien estaba enfermo, o necesitaba ayuda, ahí estaba el Piñe dispuesto, el primero.
Cuando hace más de un año coincidimos en un equipo de trabajo en RCM, y yo andaba espantada con los micrófonos y el miedo escénico, allí estaba él, sentado en la consola, frente al sonido y la realización, y de inmediato desaparecieron todos mis miedos, porque si estaba el Piñe, con toda la seguridad y prestigio profesional que lo precedían, habría seguridad.
No sé cómo entraré a un estudio sin que él no esté del otro lado, atento al tema de debate y hasta proponiendo ideas preclaras y puntos de vista, porque el Piñe era un cubanazo que no podía sustraerse de la realidad, atento al sonido, sí, pero sin perder de vista la Cosmogonía, esa ciencia y teorías que tratan de explicar el origen y evolución del universo, el término que nos hizo amigos desde un aula universitaria. Buen viaje Piñe, a la eternidad, acá dejas la impronta que ya te hace inolvidable, y con música.
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