La restauración de los inmuebles —que por su importancia histórica han sido redefinidos en la actividad museológica— forma parte de los procesos más importantes dentro de las acciones para la protección del patrimonio. Los museos constituyen contenedores de la historia, y la vinculación de sus fondos con eventos locales o nacionales favorecen la apreciación de ese trayecto donde se reinterpreta el pasado, mejor aún si esa interpretación se realiza desde el propio sitio vinculado a un acontecimiento o figuras prominentes de la historia.
El Museo de la Clandestinidad Casa Natal Hermanas Giral, es un fiel exponente de la preservación de valores patrimoniales asociados a la lucha clandestina en la provincia. Actualmente en restauración, se destaca por la vinculación de sus investigaciones y colecciones de importantes figuras representativas de la historia local. Su condición actual en el proceso constructivo, no impide la extensión de actividades con atractivas muestras en vínculo con asociaciones, escuelas y comunidades.
Ubicado en la ave. 42 (Cisneros) e/ 37 y 39 # 3709, este inmueble fue construido en el año 1911. Por la Resolución #103 del 31 de diciembre de 1991 se le otorgó la categoría de Monumento Local. Cuenta en su fachada con las tarjas de identificación Monumento Local y la que vincula al inmueble con el valor monumental, al ser la vivienda de Cristina y Lourdes Giral Andreu, mártires de la lucha clandestina y del movimiento de resistencia cívica, símbolos de la incorporación de la mujer a la lucha revolucionaria.
La representatividad de la mujer en etapas definitorias del proceso revolucionario, se perciben en las figuras de estas dos hermanas. Cristina, la mayor de ellas, nació el 30 de abril de 1930. Realizó estudios en el Colegio del Apostolado, etapa que influye poderosamente en su carácter y personalidad, donde fue dirigente de la juventud católica. En 1948 concluye los estudios en la Escuela del Hogar, donde obtiene el título de Maestra Hogarista, en 1954 obtiene el título de taquígrafa en la escuela Catalina Hernández. María de Lourdes, conocida como Maruca, nació el primero de julio de 1936. En 1954 obtiene el título de taquígrafa.
Junto a su hermano, ya establecido en la Habana, Lourdes y Cristina logran reunirse a finales de 1957, donde se incorporan a una cédula del Movimiento de Resistencia Cívica. La terrible muerte de estas hermanas a manos de la dictadura de Batista, el 15 de junio de 1958 es otro hecho sangriento que muestra la injusticia en uno de los acontecimientos más crueles emprendidos por la tiranía contra dos jóvenes. Profundizar en este acontecimiento y percibir desde cerca la altura y representatividad de estas dos hermanas, es una de las riquezas patrimoniales que resguarda el museo, muchas de ellas, objetos y prendas personales de ambas hermanas, así como otros elementos vinculados a la historia de esa etapa.
La entidad, además, posee las colecciones más significativas de la lucha clandestina en Cienfuegos, abarca todo el territorio y en su discurso el objetivo está dirigido a demostrar los frentes de lucha. Esto lleva a que sus fondos se sustenten principalmente en el orden documental, de armas y vestuarios. Ha predominado en su política de colecta la donación debido al trabajo que la institución posee con los combatientes, las federadas y la comunidad.
Las características estructurales del inmueble, donde prevalecen la madera y tejas, su antigüedad y los daños externos que recibe por las condiciones climáticas y su cercanía a la costa, han provocado deterioros notables, lo cual se aprecia casi en su totalidad estructural. No obstante, la preservación de sus fondos en un espacio adecuado para ello, debidamente conservados, permite la protección de estos.
Se hace imposible resaltar uno por uno los valores patrimoniales que atesora este museo, y la necesaria socialización que estos requieren para continuar expresando desde la parte museológica esa historia de la que forman parte figuras tan valiosas como las Hermanas Giral. Por ello, la restauración de este inmueble responde a la acciones que permitirán un mayor resguardo de sus fondos, la protección del monumento y su necesaria representatividad en nuestro Patrimonio Mundial.
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