Cuando escuchamos sus canciones recordamos con nostalgia al cantante más aclamado de la música popular cubana: al inigualable Benny Moré.
Sin embargo, hay un vecino de la localidad habanera de La Lisa que mantiene la impronta del hijo idolatrado de Santa Isabel de las Lajas y de toda la República de Cuba.
Aunque fue inscrito en el Registro Civil como Félix Arango Peña, en realidad responde al interlocutor de aquí y de acullá por el ilustre seudónimo de El Benny de La Lisa. Apenas el sol abandona las frazadas de la noche, este gentilhombre se viste similar al Bárbaro del Ritmo: zapatos de dos tonos, pantalón bombache, sombrero alón y bastón en la diestra.
En cualquier esquina, en el marcado o la parada del autobús la gente le pide que cante; el no se hace de rogar y, a capela, lanza ante un público ocasión los temas musical que inmortalizó el Benny. No cobra un centavo, solamente guarda en su desinflada billetera los aplausos de su gente.
No solamente le sirven de escenario los parques y las plazas de esta municipalidad del Oeste habanero, porque es invitado a actuar en casas de cultura, teatros, proyectos comunitarios, centros recreativos o en cumpleaños de amigos y amigas.
No crea que es un fanático loco. Todo lo contario, es un hombre muy atildado y una excelente persona. Buen padre y esposo, dueño de un carácter jovial y una conversación amena. Querido y respetado por sus vecinos.
Salta entonces una pregunta indispensable.
¿Qué le motiva a revivir cada día al más famoso de los cultivadores de la música cubana?
La alegría de vivir que tenía el Benny, su humildad y la relación amigable que siempre tuvo con el público. Por eso desde que murió decidió reencarnarlo a su manera para no erigirle un monumento de lágrimas.
Lo cierto es que Félix no es un imitador, canta los temas de Moré, pero con voz y estilo propios.
Si usted visita La Lisa y se cruza con este hombre por alguna callejuela, esquina, o parada de ómnibus, pasará un momento sui generis cuando este humilde caballero cubano comience a entonar ¡Oh Vida!, para trasladarnos con un poco de imaginación a los días de gloria del Benny. (Escrito por Leticia Guerra Quesada, Radio Cadena Habana)
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