La última puesta de grupo teatral cienfueguero “El carro de Tespis”, toma como escena calle más céntrica de Cienfuegos. Sus actores devenidos esculturas vivientes, reproducen personajes populares y figuras históricas, una iniciativa de la Oficina del Conservador de la Ciudad.
Vuelve a representar su personaje de Juana la loca. Salida de la historia la insigne actriz Luisa Martínez Casado, merodea el Boulevard cienfueguero.
El fundador de la otrora Villa Fernandina de Jagua, Don Luis de Clouet, le acompaña en esta suerte de reproducción de la historia cienfueguera de todos los tiempos.
La aguadora y el místico ilusionista regresan en el tiempo, también el fotógrafo, el pescador. Seres que sorprenden, admiran, despiertan la curiosidad, a veces la duda sobre su prolongada inmovilidad.
La iniciativa es de la Oficina del Conservador de la Ciudad para revivir figuras y dar a conocer la historia local, utilizando como escena la ciudad, el céntrico paso peatonal como telón de fondo, y en los protagónicos los actores.
“Represento a Luisa Martínez Casado y me encanta lo que hago. Necesita de muchas horas de maquillaje y concentración porque es distinto a lo que hacemos en la una puesta tradicional con movimiento escénico, pero es actuar igualmente”, afirma Yarelkis Fleites”.
Yuleinsmy Sánchez , alterna con ella, en el más célebre personaje de “Juana la Loca” que inmortalizó la insigne actriz cienfueguera del siglo XIX. “Para mi es un honor representarla, para los que cienfuegueros que no la conocen, no puedan olvidarla nunca; sacarla a la calle para ha sido una gran idea”.
Para el actor Eduardo Rodríguez, que representa el antiguo arte callejero de la fotografía, “es como si dejara en instantáneas la belleza de esta calle, de la ciudad y las reacciones de los cienfuegueros cuando ven sus esculturas vivientes.
Un pormenorizado estudio de cada personaje, época, vida, vestimentas, preceden a las personificaciones que cada fin de semana atraen al Boulevard a más admiradores.
Entre las últimas creaciones, los actores reprodujeron las esculturas del arte catalán, casi desaparecidas en la arquitectura local, y que restauran y estudian investigadores de la Oficina del Conservador.
Algunos creen que pueden imitar los lentos movimientos de su sutil traslado, otros quedan como ellos inmóviles en franco reto, porque aunque frecuentes en muchas ciudades del mundo y de esta isla, las esculturas humanas son un desafío al tiempo y a la naturaleza humana.
Gente de teatro que cada viernes sábado o domingo durante algunas horas vuelven a hacer de la ciudad su escena, reviven sus personajes en una lección de historia sorprendiendo a un público creciente: los cienfuegueros. (Tomado de Perlavisión)
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