Es increíble hasta dónde puede llegar la desidia y el desamor de los depredadores urbanos en Cienfuegos, que amparados quizás en las sombras, la madrugada y la falta de control constante, agravian lo que esté a su alcance.
En ese caso se encuentra el maderamen en la parte inferior del recién restaurado mural de Leandro Soto, destacado artista cienfueguero de la Plástica, fallecido hace poco más de un año. De la totalidad de los pedazos de madera que cubren esa zona, 18 de ellos han sido desbastados total o parcialmente (hasta el momento en que tomé las instantáneas), dañando la visual que brinda esa hermosa obra de arte, que tanto talento, esfuerzo y recursos demandó para su resurgimiento.
Jesús “Chucho” Rebull, quien asumiera con pasión y constancia una vez más la renovación pictórica de ese colorido “lienzo citadino”, al ser preguntado sobre el tiempo de vida que le daba, fue enfático: “(…) el elemento destructor no va a ser el ambiente, sino la gente…”.
Los cienfuegueros de corazón y alma no podemos permitir que esas bestias aniquilen impunemente los símbolos identitarios, culturales y patrimoniales de la bien llamada Perla de Cuba.
Autor: Ildefonso Igorra López