Como curiosa coincidencia, dos destacados intelectuales de nuestra provincia nacieron y viven entre un paréntesis de agua. Consuelo Cabrera Fernández, entre la serpentina susurradora de “Arroyo de Agua”, que discurre con su tenue corriente en busca del mar, y por otro lado, el río Anaya, vertiente sur que nace al nordeste del pueblo de Cruces y en su recorrido, de algo más de 35 kilómetros, desemboca, en un abrazo fluvial con el “Damují”.
El otro intelectual, José Ramón Calatayud Jiménez, nació y vive, con mucho orgullo, sentido de pertenencia y para suerte de la cultura del centro de Cuba, entre los brazos húmedos y amorosos del “Jabacoa” y el “Damují”.
Consuelito, hija de una prestigiosa y querida familia de Arriete y Ciego Montero, llegó al mundo el 13 de diciembre, predestinada quizás, para desde muy joven dedicar su vida y talento a investigar y preservar las más autóctonas raíces de nuestra cultura. Sería imposible, en tan breve espacio, recorrer su fructífera vida profesional.
Licenciada en filología, trabajó en la aplicación de cuestionarios sobre las fiestas populares, música, artesanía, danzas, farmacopea y otras, como parte del trabajo de estudios e investigaciones para conformar el Atlas de la Cultura Popular y Tradicional, creando un vínculo estrecho y provechoso con los cultores de las diferentes manifestaciones del arte. Asimismo, se desempeñó como especialista en Literatura, junto a otros valiosos compañeros, tomando parte en la organización de los Encuentros de Talleres Literarios que marcaron un hito en el acontecer de la Cultura Nacional y el Movimiento de Escritores Aficionados, del que proceden numerosos y reconocidos intelectuales del país.
Aglutinó a jurados de la talla, entre otros, del Indio Naborí, Miguel Barnet, Adolfo Martí Fuentes, la Dra. María Teresa Linares, Argeliers León, entre otros.
Tomó parte en la fundación de la AHS y de las Revistas Creación, posteriormente Ariel, así como en el impulso y apoyo de los Boletines Literarios, espacios estos para las publicaciones de los escritores aficionados. Junto al Dr. Virgilio López Lemus participó en la organización del Primer Coloquio sobre la vida y obra de Samuel Feijóo, además como organizadora y promotora para la creación del Premio Jagua.
Sus estudios de Antropología fueron una eficaz y segura herramienta de trabajo para con otros colaboradores, trabajar en las investigaciones sobre la historia de Arriete y Ciego Montero, y que a partir del año 1992 comenzara a celebrarse el Ciegomonterense ausente, Día de la virgen de Fátima, Patrona del pueblo, el 13 de mayo. ¿Cuánto queda por decir de la obra de promoción cultural de Consuelo Cabrera Fernández? ¡Muchísimo, así, en grado superlativo! Baste con afirmar que ha sido, es, una sempiterna veladora por la preservación de los más altos valores de nuestra identidad.
¡Gracias Consuelo, por contribuir a salvar del tiempo y el olvido, la memoria afectiva de nuestro pueblo!
Autor: Alberto Vega Falcón
