Centro Cultural Benny Moré: resituar al bardo en contexto e imaginario

Algo desdibujadas las esencias del Festival de Música Popular que en honor de Benny Moré realizan en Lajas, su poblado natal, y Cienfuegos -esto es, la tendencia a difuminar las densidades culturales del certamen, a ganancia del festejo populachero bajo la cerviz de Don Telmo y el “tumba que tumba”-, era menester ya la ineludible mutación interpretativa de los conceptos que deben mover la articulación de un espacio sensibilizado con aupar/promover/resguardar/vivificar/mantener la vigencia del legado/memoria de una de las referencias claves de la cultura cubana del siglo XX.

 

Carlos Díaz, quien merece respeto por sus bien gestionados años pretéritos al frente de la Dirección Provincial de Cultura, ha sido, con tino, la persona escogida para dirigir el recién puesto en vías de obra Centro Cultural Benny Moré. En entrevista con CINCO de Septiembre digital, él concuerda en que el evento había ido perdiendo progresivamente varios de sus atributos, entre ellos el carácter internacional, la cientificidad de un coloquio escorado hacia lo anecdótico en la última recta y la apreciación del Sonero Mayor en tanto ente vivo, dúctil, maleable, a favor de una observación mucho más en la cuerda fosilizada de esa visión retro impelida a desterrarse ya, a criterio suyo.

“El Centro nace para darle soporte permanente, especializado e integrador al trabajo alrededor de la figura del Bárbaro del Ritmo. Su irrupción constituía una necesidad, pues viene a llenar un vacío, al no existir institución en Cuba que cubra ese aspecto. Cometido principal de la estructura resulta, justamente, ese Festival en homenaje al bardo, el cual pretende reoxigenar a partir del engarce con el sistema institucional de la cultura e interconexiones plurales con otras naciones y provincias”, asevera Díaz.

Además de la transformación del Festival, surgido a propuesta del cantante Augusto Enríquez y con el respaldo de las autoridades del territorio (el encuentro sería una suerte de corolario del trabajo bienal del Centro), otro objetivo esencial de la institución radica en la difusión de un valor no debidamente jerarquizado entre niños, adolescentes y jóvenes, a partir de la localización, salvaguarda y explicación de su memoria iconográfica, vista en contexto e interrelaciones de nombres, épocas… Entre los propósitos cuentan, asimismo, la fundación de la Cátedra Benny Moré en la Universidad de Cienfuegos, el quehacer de su Área de Documentación e Investigación, la apertura de la Colección Siguaraya como parte de los escudos literarios del sello editorial Mecenas, y otras ideas cuya materialización dependerá en buen grado del valioso comité gestor de intelectuales que Díaz ha agrupado a su vera.

Este centro de gestión cultural arribó al 20 de Octubre, Día de la Cultura Cubana, en un proceso de delineado y afianzamiento de sus misiones y formas de actuación, indica el entrevistado.

Aparece -cual bien recuerda Carlos-, en una época en la que nadie puede perder de vista la premisa de generar ingresos. “Si bien nace en tanto unidad presupuestada con funcionamiento mixto, deberá convertirse en ente autónomo con un nivel de solvencia financiera sobre la base de una cartera de negocios en fase de articulación y expandida a diversos campos”, precisa.

Díaz adelanta que las próximas ediciones del Festival Internacional Benny Moré estarán dedicadas a Venezuela y Panamá: en 2015 y 2017, una y otra.

Camagüey, tierra donde el músico lajero formara el primigenio Conjunto Avance, será la provincia invitada en la primera de estas citas; Santiago de Cuba, donde recibiría el apelativo de Bárbaro del Ritmo, le sucederá en el calendario bienal. En tanto, la edición de 2019 quedará reservada para Cienfuegos, al representar ocasión idónea para un acto doble de tributo al centenario del cantante y al bicencentario de la ciudad que más le gustó. (Tomado del Cinco de septiembre)

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