Caridad López y la pianística en Cienfuegos

Dentro de la familia López Jiménez encontramos músicos muy queridos en Cienfuegos. Entre ellos, Caridad López Jiménez, que eligió el piano para expresarse creativamente. Desde muy pequeña se sintió atraída por ese instrumento. Sus pruebas de ingreso para la carrera de música estuvieron a cargo de los prestigiosos profesores Ernesto Alzuri y José María Páez Ordetx. A partir de entonces comenzó sus estudios con Mercedes González Cano, el propio José María Páez Ordetx y la profesora Lucía Mora. Una segunda etapa inició en el año 1981, cuando pasó a realizar su nivel medio en la Escuela Nacional de Arte en La Habana. Tuvo de maestros a Irina Samodaeva, e Ileana Bautista.

Regresó a la ciudad de Cienfuegos en el año 1985 para realizar su servicio social y se incorporó al Conservatorio Manuel Saumell. Fue entonces donde descubrió todas las posibilidades que le ofrecía la pianística, esta vez desde el rol de acompañante, que ha mantenido desde entonces. Tuvo la oportunidad de trabajar junto a casi todos los instrumentos que se impartían en el centro de enseñanza artística. Esta labor la continuó al cambiar de local y pasar a ser Escuela de Arte Benny Moré. Durante varios años fue maestra de piano básico y llegó a ocupar la Jefatura de la Cátedra de este perfil, en la institución.

Al preguntarle sobre la praxis pedagógica del piano en Cienfuegos y sus propios métodos de enseñanza, me habló al respeto que debe tenerse por la partitura y la lectura correcta. También del rescate de la música cienfueguera y de cómo debe ser llevada al programa de estudios del piano. Solo así se podrá perpetuar el patrimonio musical local.

Caridad López: “Aprendí mucho de José María Páez Ordetx, que fue mi profesor y guía para poder impartir mis primeras clases. Un gran pianista y como pedagogo magnífico. Mercedes Cano también fue una profesora exquisita, grandiosa, con una paciencia tremenda. Era una mujer muy cariñosa y formidable como pianista, meticulosa al leer una partitura, cuidadosa de no cometer errores de notas y digitación. En eso estoy muy de acuerdo con ella y se me quedó impregnado, porque yo no acepto que se lea mal una partitura y se continúe pasando varias veces sin rectificar lo que no está bien. No lo concibo ni en un pianista, ni en ningún músico. No prestar atención es una cosa muy chapucera. He aprendido de todos estos maestros, ya siendo profesora pude comenzar a inculcarle esas enseñanzas a los alumnos y orientarlos.

Como pedagoga, lo primero que les digo es que cuando se sienten al piano tienen que cuidar la postura no solo del cuerpo, sino también de los brazos, las muñecas y los pies. Cuando van a leer una partitura hay que fijarse bien en todo, e ir mirando desde un principio cada detalle, porque cuando se aprenden algo mal, tienen que duplicar o triplicar el esfuerzo en rectificar. Son niños pequeños y nosotros, los profesores, estamos para guiarlos y orientarlos. Esas son las primeras cosas que les digo a mis alumnos.

“Lo otro es que tienen que disfrutar la música, que no basta con tocar todo como lo indica la partitura. Si no lo sienten, es igual que si nada. Está bien el respeto por hacer cada detalle que está escrito; pero la interpretación es individual y el disfrute se trasmite a quien nos está escuchando,es lo que aporta cada cual como interprete. Les puedo decir que hagan algo en específico, pero si no lo siente el niño, no lo disfruta, lo hace de una forma mecánica. La idea es que sientan lo que están tocando y trasmitirlo al que los escucha.

Caridad López Jiménez acompañando a Jean Elie Guilles.

“Incluiría en el programa de música cubana obras del pianista y compositor cienfueguero Vázquez del Rey. Son muy buenas y creo que debemos rescatarlas porque muchos no las conocen. El José Manuel Vázquez del Rey, como concurso, lo iniciamos los profesores de piano. Presentábamos piezas de él que incluíamos como obligatorias. Todas sus obras se las dio Mercedes González Cano a la profesora Ana Lourdes Negrín y ella me las dio a mí. Yo las tenía en mi aula cuando era la jefa de cátedra. Entre ellas íbamos escogiendo, porque no todas eran aptas para los alumnos de nivel elemental. Así fue como nosotros empezamos a hacer el concurso José Manuel Vázquez del Rey. Después se perdió por diversas situaciones, hasta que Bronia lo recupera como Festival. En ese momento perdió el estatus de concurso de piano, que creo debe rescatarse y añadirse al festival.

“Estuve trabajando en Cienfuegos hasta el año 2013, que me piden en Haití en la Ècole de Musique Dessaix Baptiste. Ya en 2011 había estado por seis meses seleccionada por el CNEArt. A diferencia nuestra, los profesores no son especialistas, son formados allí, en la misma escuela como monitores y los más avanzados son los que dan las clases a los alumnos. Nosotros tenemos otra formación, somos especialistas.

“La escuela nos ha acogido excelentemente. Saben que vamos a enseñar bien y van a tener buenos resultados. Todos los meses se hacen recitales para los instrumentos y conciertos para las bandas, los cuartetos y las orquestas. Me gusta que mis estudiantes participen en todas estas actividades. Los padres se sienten muy agradecidos, ven que sus hijos están avanzando, son atendidos y el participar en un recital o en un concierto los estimula.

“He continuado como pianista acompañante también en Haití. Digo que ser un acompañante es un arte, tienes que ser un buen pianista, necesitas acoplarte con el solista y entenderlo. El rol que asume un pianista acompañante es muy importante y difícil; pero es un trabajo bonito, me gusta. Llegué a tocar para el antiguo presidente de Haití Jovenel Moïse y para la Alcaldesa de Jacmel, Marthe Michaële Craan, acompañando a Jean Elie Gilles, que ha organizado muchas de las actividades en las que me he presentado.

“Hay muy pocos espacios para la pianística aquí en Cienfuegos y tal vez, precisamente por esa razón, se van para otros lugares donde poder desarrollarse y mostrar todo lo que han aprendido. Es una pena, realmente, porque nos damos cuenta que no ocurre igual en otros instrumentos o formatos. Por ejemplo, la guitarra tiene su espacio actualmente con Ariadna y Michel que, además del dúo, pueden también tocar como solistas y tienen el Concurso Festival Edgardo Martín. Pero en el piano, como tal, no lo hay. Efectivamente, nosotros hasta tocábamos con el ya desaparecido cuarteto Ad Líbitum en un piano que había en la biblioteca, que era otro espacio para poder presentarnos los profesionales y los estudiantes. En otras partes, como la galería, no hay piano y es un poco incómodo porque no puedes tocar y limita al pianista. Donde único existe un piano disponible actualmente es en el Museo Provincial.

“Lo otro que le daba vida a la pianística era que todas las semanas teníamos actividades por la escuela y se presentaban los alumnos de piano, violín, u otro instrumento. Era una especie de actividad en conjunto. Me pone muy triste pensar en todos estos espacios que se han perdido. Ana Lourdes y yo trabajábamos muy en conjunto. Siempre estábamos pensando qué hacer y consultándonos una a la otra. Entre las dos nos apoyábamos. Ella me daba también muchas ideas.

“Ahora estoy dando clases de piano complementario y les exijo como si fueran de piano básico. Siempre trato de aportar todos mis conocimientos para que sean buenos músicos con resultados satisfactorios. La labor de nosotros es trasmitirles a ellos todos nuestros conocimientos. Si su sueño es ser músico, ayudarlos siempre y auxiliarse con los padres para que sientan ese apoyo tanto en la escuela como en la casa y salgan adelante”.

La profesora Caridad López Jiménez lleva casi 40 años de labor dentro de la enseñanza artística. Su inquietud en estimular la pianística en la ciudad y fomentar espacios para su desarrollo, es común a todos los pedagogos, estudiosos y artistas vinculados al piano. Cienfuegos es una ciudad que contó, entre otros, con intérpretes de alto nivel como Mercedes González Cano, José Manuel Vázquez del Rey, Antonio Carbonell, José María Páez Ordetx y Jhany Lara Iser. En estos momentos ya no se escuchan recitales de piano y eso pesará en un futuro, cuando se cuente la historia musical de la Perla del Sur. Estimular la pianística, fomentar un desarrollo profesional como lo ha hecho Bronia Mejías con la flauta y Rafael Gallardo con la guitarra, hará que en un futuro los intérpretes de este instrumento encuentren más incentivos para hacer una carrera próspera desde su ciudad.

“Hay que disfrutar la música, no basta con tocar todo como lo indica la partitura. Si no lo sientes, es igual que si nada”.
Autora:  Sandra M. Busto Marín

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